sábado, 8 de junio de 2013

Carta sobre mi papá

Estimados amig@s y compañer@s de Romilio Tambutti:

Soy Daniela Tambutti, la hija menor de Romilio. Antes que nada, perdón por escribirles tarde, pero en nombre de mi familia (Martha, su esposa; Sebastián, Marcia, Paulina y yo, sus hijos) queremos agradecerles mucho por la compañía y muestras de afecto que nos brindaron en la despedida de mi papá. También queremos agradecerles mucho a aquellos que no pudieron acompañarnos, pero que nos llamaron por teléfono o escribieron un mail.

Ante la imposibilidad de hablar personalmente con cada uno de ustedes, quiero escribirles una carta sobre mi papá. Espero que no les tome mucho tiempo, pues es larga…

No he tenido el privilegio de conocerlos personalmente a todos ustedes, pero espero poder conocerlos algún día y “robarme” un cachito de las experiencias que vivieron al lado de mi padre. Me emociona cuando cuentan algo de la vida de mi papá. Para mí son valiosos esos recuerdos porque voy conociendo más cosas de él.

En esta carta quiero transmitirles la paz y el gozo que mi familia y yo tenemos acerca del fallecimiento de m papá. No deseo causarles ninguna tristeza. Por supuesto que tenemos nuestros momentos de tristeza, lloramos, lo extrañamos… pero abunda más la paz que la tristeza en nuestros corazones.

Mi padre siempre, siempre amó a Chile. Nunca dejó de hablar de su patria, nunca quiso nacionalizarse de México. Chile siempre estuvo presente en mi vida, no sólo porque tuviera familiares allá, sino porque a mi padre le encantaba la comida y la música folcklórica chilena (quedaba muy contento cuando había porotos granados, cazuela de pollo, sopaipillas…). Le encantaba hablarme de la geografía de Chile (sobre todo, la del sur), de sus años estudiantiles y como académico (algo que sé muy poco y que me encantaría saber más, pero sé que me las contaba con mucho entusiasmo)… ¡Le costaba mucho trabajo ver algún defecto de su patria!

Cuatro pasiones tuvo mi papá en su vida (él mismo lo dijo):

1. Pasión por la lucha social. Siempre buscó cómo construir una sociedad más justa e igualitaria, cómo defender la causa del pobre, del proletariado, del campesino… Con respecto a esta pasión, creo que los años más efervescentes de la vida de mi papá fueron sus años universitarios (como estudiante y como académico). Recuerdo que se le notaba la emoción en su rostro cuando me contaba de su participación en el Partido Socialista y en las campañas de Salvador de Allende y sus años en el Pedagógico…

2. Pasión por la Naturaleza. Se maravillaba de ver los paisajes… Le encantaba ver la cordillera llena de nieve, pasear por el campo o el bosque, ver el mar, observar los cielos… También tenía gran predilección por los animales y las aves…  (Silbaba mucho a los pajaritos, aún en Villa Olímpica)…

3. Pasión por la música. De no haber sido académico, le habría encantado ser director de orquesta…

4. Pasión por el conocimiento. No sólo se interesó en Física-Matemáticas, sino también en otros campos como sociología, educación, política, tecnología, música, etc.

Pero en los últimos años y, sobre todo, en los últimos meses, mi padre añadió una quinta pasión a su vida: la pasión por conocer a Dios. Él estaba maravillado de Dios, de lo pequeño que somos para comprender Su grandeza, Majestad, sabiduría, misericordia… y esta pasión opacó poco a poco a las demás pasiones de la vida de mi papá. En los últimos meses, dejó de leer libros, casi no oía música, ya no veía el noticiero y se enfocó más en conocer a Dios a través de la Biblia.

Para muchos les parecerá extraño esto, pero es cierto. Mi padre recibió a Cristo a su corazón hace 25 años, pero en los últimos años se acercó mucho a Él e invirtió el tiempo que le quedaba en conocerlo y prepararse para estar ante la presencia de Dios, pues presentía su final.

Por supuesto que mi papá esta de acuerdo con Marx, de que “La religión es el opio de los pueblos”, pero él no estaba practicando ninguna religión, sino cultivando una relación personal, real y viva con Dios a través de Jesucristo.

El 3 de enero ya no se pudo levantar de la cama. Ya estaba débil desde hace unos días, pero ese día no se pudo levantar, y murió al día siguiente, casi a las 7 de la mañana. Murió dormido, sin darse cuenta, rodeado del amor de su familia (mi mamá, mis hermanos y yo), en su cama, en paz y sin temor a la muerte. Mi familia y yo estamos muy agradecidos con Dios por la forma en cómo murió mi papá y porque en Su misericordia, no permitió que se prolongara más sus momentos más débiles y difíciles (sólo duró 24 horas) y porque en este instante está con Dios!

En sus últimas horas le preguntamos a mi papá si quería que se hiciera algo en su despedida y él dijo que quería transmitir unas preguntas a sus amigos y familiares -las escribimos mientras nos dictaba- para que lo reflexionaran. Transcribo a continuación las preguntas de mi padre:

1.     “¿Qué significa construir un nuevo hombre, una nueva sociedad?”

2.     “¿Qué le falta al camino humano, que yo (mi papá) lo que visto con tanta claridad en este último tiempo?”

3.     “¿Cómo pueden las sociedades construir hombres superiores en lo humano… pero cuál en la sabiduría?”

4.     “¿Qué líder o teoría política ha ido a cambiar esos aspectos de los campesinos o de su pueblo?”

“Si alguno cree que esto es locura, esto también se planteó cuando aparecieron las ideas del socialismo. Si lo primero –ser socialista auténtico- es muy difícil, lo segundo es imposible. No es humano, pues viene de Dios.”

Mi padre se convenció de que ningún líder humano, ni modelo o teoría social-política podía y puede cambiar al hombre desde dentro. Ningún hombre o teoría puede hacer sabio al hombre y quitarle el egocentrismo, codicia, impaciencia, mentira, orgullo, etc. Sólo Dios a través de Jesucristo.

Por eso, mi papá estaba impresionado con Dios. Mientras su cuerpo se iba debilitándose más, su espíritu se iba fortaleciendo más en Dios.

“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie va al Padre, sino por mí.” Juan 14:6.

En este momento mi padre está en la eternidad con Dios. ¡Qué hermoso sería que todos, absolutamente TODOS, tuviéramos esta misma esperanza! ¡Qué hermoso es no temer a la muerte porque tenemos la certeza de que Dios nos ama y nunca nunca nos abandonará! Dios dice que el día de tu muerte es en realidad el primer día de tu vida.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.” Juan 3:16.

Muchas gracias por su tiempo. ¡Muchas gracias por ser parte de la vida de mi padre! Por favor reenvíen esta carta todos los conocidos de mi papá, pues sólo conozco algunas direcciones de e-mail.

A todos y cada uno les mando un abrazo fraternal.

Sinceramente,                                                                                                                

Daniela Tambutti 
Enero 2013

4 comentarios:

  1. Lo narrado me toco muy hondo, pues es similar a lo ocurrido a mi padre, que fue dirigente sindical y también socialista, el muy ateo, durante toda su vida, por cierto respetuoso de todas las creencias,pero en los dos años de su enfermedad terminal, me pareció curioso que se acercara a Dios, y le rezara, y ademas portara un rosario, hasta el dia de su muerte a los ochenta años.
    saludos.

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  2. Hola soy el hijo de un amigo de tu padre (Juan Valenzuela) y te quiero agradecer la información narrandole mi papá se emocionó tanto

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  3. Yo fui alumna del profe Tambutti en la Universidad de Chile Talca. Un gran ser humano. Cercano, sencillo,y sobre todo una gran personalidad.

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  4. Luis Romilio Tambutti Fue mi gran amigo y mentor, me ayudo a titularme como físico. Recuerdo sus palabras y su dicharachería. Recuerdo que un dia me explicó algunos detalles importantes de la física referentes a mi tesis de licenciatura y me cuestiono diciendome, haber chato explicame que entendiste de lo que te dije, traté de dar una explicación de lo que supuestamente entendí y de repente se agarró su blanca cabellera y lanzó una expresión que era muy propia de él (Chuuuuurratelas, ¿o sea que no entendiste nada de lo que te conté? me hizo reir mucho y reímos juntos. Por siempre lo recordaré y lo llevo conmigo siempre recordando sus buenos consejos. Fue el mejor de los profesores que conocí y tuve como amigo.

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