miércoles, 1 de mayo de 2013

Mil Historias, desde la periferia


Guillermo Rafael Pulgar Lira
Abril 2013

Mi proceso en la Unidad Popular. 

A los doce años de edad, en 1972, saliendo de Octavo Básico, junto a compañeros de curso nos vamos a estudiar dibujo y pintura al Museo Nacional de Bellas Artes. Al término de las jornadas con un ayudante del profesor -con el cual hicimos amistad- nos íbamos al Parque Forestal a conversar con los hippies,  escuchamos muchas charlas vanguardistas y fumábamos algunos pitos de yerba.

Aquellas  juntas calaron hondo en mi personalidad, junto con las intervenciones de este joven ayudante de dibujo que militaba en la Juventud Socialista y cuya personalidad, desplante atraía, tenía ese carácter de líder, su nombre era Gustavo Conde. Gustavo estudiaba arquitectura, con él  nos dejaban entrar a la reciente inaugurada UNCTAD, o Centro cultural, a su torre con la precaución de no fumar -por el tema de las alfombras- ahí podíamos  observar los ensayos de Quilapayún, los BLOPS y grupos de teatro del momento.

La verdad que todos éramos chascones y mucho collar por encima y a pesar de eso nunca  nadie nos discriminó, al menos en ese medio. Mucho arte, artesanía y estudiantes, junto al bohemio Barrio Lastarria, además lugar de encuentro para ir a protestar frente a la embajada americana contra la Guerra de Vietnam, donde me di  el gusto de circular con el cartel, “YANKEE GO HOME” durante una semana junto a varios gringos, así   tomaba conciencia con retazos de información.

En la UNCTAD, también me tocó una experiencia amarga, sentados en las escalinatas del centro cultural por donde se pasaba a la torre un día pasa alguien importante, lo delata el traje de ejecutivo y los escoltas con su típico atuendo oscuro y corte de pelo corto, es don Clodomiro Almeyda, nos comentan, y alguien de los tantos que allí  estábamos sentados, le dice algo que no logro escuchar, pero jamás fue un insulto, y la reacción de don Cloro fue tan soberbia, hacia todos nosotros, nos descalifica  por nuestras fachas y entre otras cosas nos llama vagos y sucios, lo que de inmediato se transforma en una pifiadera a su persona, incluidos Gustavo y yo, dejándonos una sensación incomoda y muchos comentarios anti U.P. lo que se agravo enseguida, 10 minutos después con la llegada de carabineros, quienes nos desalojaron a empujones de allí, que era un lugar público.

Fue un hecho hostil y muy triste, que más tarde me hizo tomar distancia de la orgánica Almeydista, aun del apreciable aporte intelectual de este destacado cuadro político.

En los setenta la música de moda para mi edad, eran los Jaibas, los Quilapayún, los BLOPS, y el Pato Manns, en lo nacional, el Rock Argentino, y por el otro continente, el rock melódico de los Beatles y el anglo sajón de Led Zeppelin, The Who, contestatario en sus letras y encolerizados ritmos, abiertamente anti sistema, con críticas profundas en sus textos, contra las guerras invasoras de aquel momento, y muy influenciados, por películas que rompían los esquemas como ser Palomita Blanca, y Busco mi destino o el recital de Woodstock. Por otro lado la TVN con sus coreografías de Música Libre, aportaba a la entretención juvenil, pero todo el conjunto de factores de moda de la época, eran rechazados por nuestros cuadros militantes de izquierdas, familiares, que se esquematizaban en la lucha de clases, contra los gestos burgueses, como llamaban a nuestras preferencias artísticas, a pesar de traducirles las letras de algunos grupos anti sistema, pero el impulso de los sentidos acostumbrados a las formas convencionales, prevaleció, recuerdo los pelambres hecho a militantes destacados, desautorizando sus capacidades, sólo por el  atuendo al estilo del Che, era repudiable aquel conservadurismo. Para mí fue un boicot a la toma de conciencia.

Pienso, que ese carácter de la izquierda tradicional, provocó un intento de crear un Partido Hippie por el año 72, donde fui invitado a pesar de mi edad, lo que se desarrolló en un departamento frente al parque forestal, con mucha participación e ideas que me entusiasmaron, todo muy vanguardista, pero no próspero y a muchos de ellos los vi años después en el Partido Humanista. Considero que una de las debilidades de la Unidad Popular, fue la incapacidad de sumar a los diferentes y sumado a este empoderamiento por parte de los partidos de la época que participan del gobierno, con rasgos hasta prepotentes, lo digo por un bochornoso caso, de ese año,( '?) al rendir homenaje a Pablo Neruda en el Estadio Nacional.  Mi madre era funcionaria del casino, por esa condición ella tenía regalías de entradas al Estadio, acceso a tribuna, y a marquesina. En esa ocasión ella junto a otras compañeras de trabajo uniformadas con las cotonas que las identificaban del casino, van a saludar al Presidente Allende que se le brindaba un cóctel en el comedor. En el ingreso a marquesina, o tribuna, no sé, es impedido por los GAP, empujándolas fuera del comedor e incluso con armas a la vista, a pesar de uno de ellos era amigo de la familia por años, bueno hasta  ahí llego la amistad, y es que unos pocos ensucian al resto, no es cuestión de generalizar, pero el poder sobre dimensionado, otorgado sin un código de ética, se confunde con el abuso y es lo que pude comprobar más tarde cuando pregunte a los gap,s devueltos del exilio, donde constate que defendían al Presidente a codazos y patadas de la gente de civil o pueblo que deseaban acercarse, ellos eran las actuales vallas papales, no me parecía  justo, aunque tal vez había razones.

A mí eso me producía contradicciones con la U.P. Quería ser parte pero me sentía apartado, y es una práctica aún vigente en el Partido Socialista, pues cuando se hacen convivencias, cuando se trata de compartir con la gente o militancia, se conforman grupos cerrados, los que se ven siempre, y el resto queda aislado, fuera de los temas de conversación, pues estos son corporativos o de carácter secreto, y de esa forma reproducen el individualismo del sistema, una forma sectaria de operar y reproducirse, funcional a lo existente. Son estos factores que hacen de esa izquierda un átomo más del cuerpo institucional de un sistema que se cae a pedazos, que se niega a desaparecer, pues el peso de la estructura tiende a bloquear todo paso de energía, todo lo que pueda fluir, para dar origen a algo nuevo y extinguir lo caduco, es todo lo que tiene que ver con la forma, la morfología, a la que referiré más adelante.

 Creo que mi tabla de salvación, fue mi padre, quien me invita a acompañarlo a las reuniones sindicales, y a visitar las fábricas textiles y tiendas de ropa, que estaban asociadas a la confederación textil y del vestuario de la época, mi padre era Presidente del Sindicato de Confecciones TRIAL, y junto al Presidente de esa Confederación, compañero Vega, mi padre se movía por el cordón industrial san Joaquín, mucha caminata y a veces en auto de otro dirigente, donde conocí por primera vez, los retratos de Marx, Lenin, Engels, colgados en las gerencias tanto de textil progreso, sumar, y que se encargaban de explicarme, quienes eran, los mismos compañeros dirigentes que gestionaban las empresas, nunca vi basura, ni ocio en esos lugares, pues debíamos esperar, los horarios que disponían los compañeros para atender las oficinas, a donde llegaban con mamelucos o cotonas. Por parte de mi padre el fiscalizaba, lo que las textiles mandaban a las fábricas de ropa, y así poder controlar la producción en la empresa privada y evitar el acaparamiento, o el  desabastecimiento, lo que él comunicaba en los sindicatos asociados, y ante lo cual el comentaba con Vega, la falta de compromiso de otros dirigentes, que no acudían a informarse y ellos debían ir a los sindicatos o fabricas a notificarles a expensas de recursos salidos de sus bolsillos, lo cual no era recuperado.

En ese tiempo fui un compañero más entre los adultos, donde colabore en la organización de convivencias sindicales y paseos al litoral, con mi padre y sus compañeros de sindicato, con los cuales lo pase súper bien. Lo cierto es que de política aprendí poco, porque el tema de cifras, tarifado que se discutía no me llegaba, pero si el primer enamoramiento con una chica un poquito mayor, que me trajo algunos prejuicios, porque ella trabajaba, mientras yo estudiaba todavía la básica, era mucho más madura que yo, pues era la secretaria del sindicato y duro solo un verano, pues tenía competencia al interior de la fábrica, y me sirvió, pues para ponerme  a su altura, tuve que leer mucho acerca de las definiciones de propiedad mixta, privada y área social, y memorizar algunos diálogos que sostenía mi papá con otros dirigentes, así es como ella al principio me confundió con un trabajador con la complicidad de los compañeros sindicales que me cubrieron hasta donde se pudo.

Eso me volvió un poco más adulto, y con otros compañeros de curso donde estudiaba, el colegio COOTEDUC Santiago centro, que era una cooperativa de educadores, creo todos de izquierda, era pagado, decidimos que en diciembre del 73 después de los exámenes, de primero medio nos afiliábamos al MIR, con ellos nos identificamos sea por la juventud de su gente, su modo de ser, sus fachas, y porque en varios mitines respondían a nuestras preguntas. Pero no pudo ser. 

Debo reconocer de políticos honestos, que hacían bien su pega, al margen de prejuicios u otras taras, según mi opinión, el caso de un alcalde, de apellido Neira (P.C.) de la comuna Las Barrancas de aquel entonces, que vivía a una cuadra de donde arrendaban una casa mis padres, por el año setenta, una dirigente  D.C. intenta desalojarnos de la propiedad, con el pretexto de fundar allí una sede social, a pesar que teníamos un compromiso de compra de la propiedad con el dueño, de la casa, pero que había escapado a la Argentina producto de unas estafas, ante lo cual el alcalde al revisar los antecedentes, nos confirma en la propiedad, y así varios vecinos, nos apoyan muchos de ellos comunistas. Aquello nos dio un perfil de izquierda, además que mi padre era inspector ad honorem de las JAP, y le tocó un par de veces controlar a los almacenes, que escondían las mercaderías, pero no tuvo problemas ni conflictos con ellos, algunos de los cuales después solidarizaron con nosotros durante la tiranía.

Recuerdo muy bien, que por ese entonces a pesar de las diferencias, había tolerancia, pues en mi familia, había partidarios de la U.P y en contra, y las discusiones eran acaloradas, entre hermanos, entre padres e hijos, en fin, el ambiente era tenso, pero los mismos contrarios se amistaban después y continuaban con la misma tanda cuando nuevamente se encontraban y así siempre. Mi madre estaba momia, producto de las colas que había que hacer para las compras, pues se había acostumbrado al mínimo confort de los gobiernos anteriores y junto a ello las compañías de mujeres amigas que siempre estuvieron contra Allende, lo que provocó más de una discusión matrimonial, a pesar que en casa nunca falto mercadería ni se  pasó hambre, estaba la sensación de escasez, lo cual era más psicológico que real. Mucho prejuicio para la época, mi familia rechazaba mis amistades por la indumentaria hippie, excepto mi padre, que también usaba el pelo largo a sus 40 años, pero eso era el contexto.

El Golpe.

Aquel día junto a los compañeros de curso pensamos que nuevamente sería lo mismo que el día 29 de junio, y una vez despachados a casa cerca de las 10 a.m. Los mismos que habíamos ido a recoger vainas al centro y a la Plaza de la Moneda la vez anterior, quisimos repetir aquello de coleccionar balas o casquillos por morbo y curiosidad, pero una balacera en Alameda con Manuel Rodríguez, nos obligó a tumbarnos en el pavimento, pues muchos vidrios caían por doquier, lo cual nos asustó y cada uno para su casa.

Mi padre no llegaba y eran las 10 de la noche, cuando aparece. Años después nos cuenta que estuvo en el sindicato de la fábrica esperando algún contacto y posteriormente salió junto a otros dirigentes en dirección de la textil Yarur, pero no pudieron llegar por el contingente de milicos en el lugar, y ya las calles estaban quedando desiertas, por lo que tuvieron que  a pie devolverse a sus casas.

Dos semanas después de vuelta al colegio, muchos compañeros de distintos cursos no aparecieron más, era los del MAPU y del MIR. El colegio fue visitado en varias oportunidades por los militares y puesto un milico como interventor, y en una ocasión del año 74, se nos llamó la atención a todo el alumnado, por supuestos comentarios políticos anti dictadura. Hasta el año 75 curse estudios allí, y mi expresión anti junta de gobierno fue por las mañanas rayar el pizarrón con consignas contrarias al régimen con un símbolo aprendido de rayados en los muros de la calle ( R ) envuelta en un círculo, resistencia, lo que use por años junto a otros amigos ya fuera del colegio. 

En el año 74, registran mi casa dos veces, son civiles, llegan en camionetas y autos fiat 600, con metralletas, gran expectación en la cuadra, media hora de detención al interior de la casa, esto fue por la tarde, mi padre había sido despedido del trabajo, y a pesar que fue investigado, nada en su contra, igual fue hostigado, y pensamos que la parte patronal algo tuvo que ver, pues muchos años después, al presentar mi currículo a un trabajo en el sector modas de una fábrica cercana a cuadras de  trial, sospechosamente el dueño me pregunta, detalles de mi apellido y algún vínculo con trial, y por cierto jamás me llama, cuando en la primera entrevista todo se resolvía a mi favor. Así mi viejo se auto exilia por un tiempo, hasta que se calmen las cosas y se va por Argentina, y luego México, 26 meses afuera, se instala en las afueras de ciudad de México a media hora de la ciudad, trabaja, junta dinero, por medio de amigos que allí cuenta, le consiguen arriendo, y conoce a Adonis Sepulveda, donde brevemente participa en el colectivo México de socialistas residentes año  76, por aquel entonces un núcleo pequeño, con mucha autocritica y análisis descarnado,  según mi padre y chapa de por medio, pues el asunto de la desconfianza y seguridad primaba.

Ese año repito el curso, por el tema de quiebre familiar, y me veo en la obligación de buscar trabajo, y estudiar de noche, en un liceo fiscal. Un cambio total de ambiente, pero desde el primer año, me destacan como presidente de curso, al año siguiente 78, secretario del centro de alumnos, donde conozco más íntimamente el accionar de la gente de izquierda en el liceo, conspirativamente con profesores y algunos superiores, con los cuales hice gran amistad, y más tarde, nos adjudicamos fondos para dar refrigerios a los alumnos de la vespertina y solidarizar con herramientas de corte de vestuario a los rezagados, que no tenían dinero para comprar, pues había mucha cesantía en el país.

Así fue hasta el año ochenta en que egresé.  En ese tiempo los profesores con los cuales hice amistad, ya se mostraban abiertamente críticos al régimen, lo digo porque después de clases nos íbamos a un restaurant cerca a compartir un trago y comentar, la reforma educacional de la época y otras cosas, que tenía que ver con la democracia, que aunque parezca paradojal, a seis o siete años de haberla perdido, había muchos alumnos, que no conocían el sistema democrático, a pesar de algunos de  estar por sobre los veinte años, me quedo con la sensación que educación cívica se hizo muy poco, durante el periodo democrático, yo por lo menos no conocí donde estudiaba nada afín, lo mismo que la educación sexual, todo un tabú.

Antes de los ochenta asisto a la convocatoria de E. Frei en el Caupolicán, pues mi liceo estaba cerca y con varios compañeros, casi toda la vespertina, nos manifestamos abiertamente y hacemos correr a los pacos, lo que nos empujó a hablar con soltura en contra de la tiranía, lo hacíamos en el patio del liceo o afuera en una plaza cercana después de clases, solo a eso atine durante esos años, ya que estudiaba y trabajaba, todo muy agotador. Entre tanto los profes, nos preparaban en las convivencias de bares o recreos con elementos políticos y cuestiones de ética, solo logre identificar a los que se definían de radicales, el resto mantenía el secretismo. La conclusión que rescato  de estos episodios, es que necesariamente para poder avanzar, tienen que concretarse hechos de fuerza y de intervenciones, que hagan posible nuevos umbrales. Hechos como el Caupolicanazo demandando nueva constitución, es el germen de lo que será después las protestas del movimiento social.

En el año ochenta, junto a un amigo del barrio,  José Luis, conocido desde la adolescencia, emprendemos una campaña de agitación, sea con rayados murales con brochas y pegatina de afiches y papelógrafos, hechos por nosotros mismos, por las noches en un dormitorio o en el día cuando estábamos solos, esto por no preocupar a nuestras familias, y todo el material era camuflado, para salir después de las 10 de la noche, ya con más confianza y participando en una parroquia cercana, nos hacemos de propaganda sindical y derechos humanos, llegando incluso a subirnos a las micros y tirar a los pasajeros los panfletos, lo que alejó a unos pocos que eventualmente nos acompañaban (humanistas e izquierda cristiana, vecinos nuestros) pues consideraban eso muy arriesgado, lo que años después detonó, dentro de la comuna, al coordinarnos en agrupamientos de izquierda con el MIR –PC-FPMR fuésemos cuestionados yo y mi compañero, tildándonos de aventureros y un riesgo a la seguridad del conjunto. Por mucho tiempo, nuestros rayados poblaron parte de la comuna, los lugares más visibles, y nos confundían con el MAPU Lautaro, y otras orgánicas anarquistas de la época, y éramos solo dos. Demás esta decir que éramos huérfanos de partidos.

En los fines del año 81, mediante un familiar soy cooptado al Partido Socialista fracción  J. Gutierrez, convenzo a mi amigo y queda constituido el núcleo, que más tarde se amplía a otras comunas de la zona norte, nuestro superior jerárquico es Sebastián Jans, alias el mormón, esto por la facha. Todo con los requisitos de la clandestinidad, chapas, compartimentación, tareas de estudio del socialismo y marxismo, vía folletos y libros prestados, y más tarde cursos presenciales en oficinas que nos acogían, como ser la de la abogada Pamela Pereira, y por cierto esta vez con disciplina y ajustándose a una línea política, que nos garantizaba un mínimo de respaldo a nuestra seguridad.

Mi compañero de aventuras por su carácter un poco desordenado, pronto deserto, pues era más de la acción, la agitación, poco adicto al estudio. Así me acoplo a un proceso muy rico de debates y estudios circulando por diferentes comunas, y encontrándome con sorpresa  a amigos antiguos, que ni pensaba estaban en eso, entre ellos nuevamente a Gustavo Conde, pero esta vez no me reconoció, pues había sido torturado y le provocó la pérdida de la memoria y toda la frescura anterior, es lo que me contó un amigo cercano a él, esto fue en la zona sur de Santiago, después divise a Gustavo en actos partidarios sin poder conversar y saber de su estado, un tipo brillante.

Hechos que marcan aquellos tiempos: En una ocasión me toca participar de una asamblea PS de la zona norte, y todos arriba de un bus, de un compañero a los que fuimos recogiendo comuna por comuna, durante todo un día, la cobertura era que somos un grupo evangélico, para lo cual llevamos guitarra y biblias, al llegar a un cerro por la tarde, por A. Vespucio, junto desde luego con J. Gutiérrez, nos demoramos más en bajar de la micro que en subirnos, porque los zancudos, cual CNI nos atacan, era toda una nube, y debemos hacer el acto arriba del bus, con filmaciones que se mandaban fuera de Chile, y donde posteriormente recibo algunos retos y como tarea “aprenderme la marsellesa” eso fue bochornoso, pues yo era dirigente de un departamento juvenil  del PS (unión de organizaciones juveniles) esta iniciativa del mormón no prospero, puesto que se requería que también los hijos de militantes y dirigentes aportaran gente y recursos, lo que no sucedió.

A mi modo de ver la gestión de Jans, fue dinámica, empática, se creó lazos de confianza y por parte de él, por su nivel teórico, se nos dio muchas explicaciones ante nuestras interrogantes, eso fue hasta que lo suben a la dirección política y debemos cambiar de jefe, lo que implico otro trato, aun así con esta nueva estructura, fuimos capaces de crear una olla común en Pudahuel, con la presencia de una compañera excelente dirigenta, quien condujo ese tema de forma formidable, la compañera Lucia,  y la ayuda de su esposo, durante un par de años dieron de comer aproximadamente 200 personas, donde nosotros aportábamos, los vehículos, los contactos en la Vega, los recursos para las peñas solidarias y los discursos políticos, también temas de salud.

Por aquel tiempo por mi cercanía con Johnny Carrasco, a quien conocía desde las peñas solidarias, y posteriormente en la Vicaría pastoral obrera, donde curse un seminario  de organización poblacional, creo fue el año 83('?)  se convoca a una asamblea de unidad socialista, participan varios sectores, Mandujano, Gutiérrez, La Chispa, y otros que nunca supe quiénes eran, esto debido a la poca preparación que tenia de la historia del P.S., y se me asigna la tarea de conseguir local en la zona poniente, lo cual consigo por medio de Johnny, quien facilita la Parroquia San Luis Bertrán, lleno total del salón, me toca dar la bienvenida a los compañeros, muchos podrán corroborar esto, pero yo estaba en pañales, para esa envergadura de tareas, me sentía muy improvisado, y los objetivos que se plantean son muy diversos, desde la insurrección hasta la política de masas, y luego supe que así como se  unían dos después de  eso se dividían en tres, algo desesperante y que me hacía flaquear por mi parte, quede sin muchas respuestas por parte de este nuevo jerárquico, y algunas prácticas de hacer política, que yo rechace , como los hechos de ser parte de la seguridad, sin tener preparación en el manejo de armas, que se me pasaron, seguridad en casas donde se realizan reuniones de fracciones,  y algunas cosas más graves  que no las voy a mencionar que coinciden con el alejamiento del partido de otros compañeros de núcleo antiguo, con los cuales más adelante nos integramos a la Organización Combate, pues la fuente escrita que era objeto de estudio llevaba ese nombre, estaba asociada al trotskismo, y la experiencia allí fue riquísima, sesudos análisis, disciplina militar, creación de centros culturales y frente de masas con obligación de ocupar puestos relevantes en todos los frentes, nuestro objeto de estudio era toda América latina y norte América, teníamos claro que las fronteras eran las creaciones artificiales para separar a los pueblos, por ello muchos sabíamos más de otros países que del nuestro y nuestro aporte consistía en crecer orgánicamente y aportar elementos de la cultura popular, el folklor, la poesía y la educación política, como instrumento de emancipación, ello nos facilitaba comandar propuestas de agitación y ser escuchados en las coordinaciones de izquierda, eso no impidió que muchos de los nuestros, sin poder impedirlo emigraran tanto al MIR, o al F.P.M.R.

Desde luego había otros frentes en donde se tenía presencia, pero narro solo mi caso. Había dado la P.A.A. Y elegí arte en la U. Católica Santiago, El Comendador, media beca, participo de Codeju, como delegado por mi curso, y conozco a una estudiante de filosofía  del campus de letras de la misma universidad,  también delegada, que entre otras cosas cantaba como los ángeles, Marisol es su nombre, una perspectiva política revolucionaria muy lucida, y provenía de una familia muy pudiente, pues conocí su entorno, era del grupo privilegiado, no obstante era portadora también de algunos prejuicios, que después comprobé, y ante mi insegura personalidad deje pasar sin cuestionar ni reprochar, de lo cual me avergüenzo, y que consistió en segregar disimuladamente a simpatizantes de nuestras ideas y de los frentes donde dirigíamos, solo por su aspecto un tanto ordinario, y otros por leves taras en sus conductas, personas marginadas entre los propios marginados, aun eso está en mi conciencia, cuando diviso a estas gentes, pues siento haber traicionado a mi padre, quien me inculcó todo lo contrario, y ahora solo atino a saludarlos con mucho afecto y conversar con respeto con ellos, como parte de mi karma, lo que sé es que por parte de ninguno jamás fue intención de dañar al próximo, pero cuando las estructuras valóricas se te pegan como lapas, es difícil sacudirse de aquello. A esta niña la coopta un dirigente de nuestra orgánica, y ella con mucha rapidez, al año ya da clases de Marxismo y se destaca entre nosotros como una líder. Nuestra orgánica se desarrolla en el área metropolitana, y cambiamos de nombre, después de un proceso de debates, llegando a definirnos como una “corriente socialista de base”. 

 A mediados de ese año , debido a mi acción en el frente  cultural juvenil, lo cual desarrollamos en distintos  locales y casas  de mi comuna Lo Prado, un vecino de la UDI, me denuncia como agitador y de hacer reuniones clandestinas en mi casa,, por suerte  a esa fecha, ya había cambiado la rutina, y al sospechar que algo se tramaba, por confidencia de miembros del centro cultural, yo me había desecho de libros y documentos comprometedores, y otros los había disfrazado de novelas o escondidos detrás de un cuadro  o foto, aquel año dos veces fue allanada mi casa por la noche, sin encontrar nada que me incriminara, y me tuve que ausentar, por un periodo de seis meses de toda acción política, por seguridad del resto de la orgánica, quedo un recurso  de protección, impuesto por la pastoral obrera, y luego, tuvimos algunas leves provocaciones en un local  donde funcionamos,  lo que en vez de intimidarnos hizo que compañeros se radicalizaran aún más, saliendo a protestar, quienes menos pensaban que lo iban a hacer.

Ya estamos por el 85 y no vemos salidas insurrectas, que es a lo que habíamos apostados, y el juego de la deliberación, lo que hacíamos cara a cara, sin soberbia, respeto, comienza a tensionar nuestra dirección, y algunos por lazos de amistad, empatía mas que por reflexión, van adhiriendo a posiciones distintas, que se desglosan en mantener la autonomía del grupo y rechazar todo intento de alianzas de carácter frente amplio, mas no sea de clase y de ruptura total con el sistema, proponiendo como métodos de acción desobediencia civil y la otra parte, valorando los esfuerzos unitarios de lo que se llamó el bloque socialista.

 Ya estamos en el año 87, pues encontraba allí un espacio más natural a nuestro acervo práctico e ideológico, yo estaba en la segunda línea de mando, y mi ideal era continuar con la autonomía, dotarnos de rasgos más específicos de clase, pero la vida da tantas sorpresas, que mediante, un lio de faldas de un dirigente que compartía mis principios se desata una serie de contradicciones, que tienen que ver con principios, a los cuales les dábamos mucha importancia, rupturas de confianza, no dar la cara cuando fue requerido, aunque entendíamos que era tema de parejas, también eran dirección política, línea de mando y de simpatías transversales a lo que se discutía en ese momento. Eso detonó de manera precipitada la separación de la orgánica, yo me quedo, con lo que a mi juicio era lo menos malo, acompañar el proceso para irnos al bloque socialista, y cuento solo con el acuerdo de la mitad de mi núcleo, y donde se nos hace muy difícil después trabajar en el frente cultural, que era común, donde tratábamos de persuadirnos mutuamente, a todo esto las conversaciones con el Bloque, se habían orientado con más énfasis con el P.S. Renovado, pues ellos admitían, que no había bronca con las corrientes trotskistas, pues eran parte del “acerbo” ( esto con asperezas) del partido, quien dirigía a esta” corriente de base por el socialismo”, era el compañero Rodrigo Muñoz, quien más tarde nos integra al P.S. Nuñez, y a la corriente de Arrate.

Durante un tiempo, al interior del PS. Nos reuníamos para evaluar nuestra inserción en el partido y analizar el momento político, esto lo hacíamos como corriente por el socialismo, y al principio nos preguntamos muchas veces, si continuábamos en el partido o que otra cosa, la verdad fue un trauma llegar al Partido, era la opinión generalizada, la práctica política tan abismante a lo que hacíamos como grupo combate era significativa, y así fue como fuimos devorados por esta otra acción depredadora, en que mis ex compañeros combativos, se olvidaron de la revolución permanente y Trotski, mas no sea para citar algunas equivocaciones, y nuestro aporte por el excusado, francamente me dio vergüenza, y con el único compañero Marcelo que después seguí operando en política  en mi comuna, por el P.S. asumimos las tareas del comando por el NO, y posteriormente las elecciones presidenciales, y fuimos destacados, porque valientemente salimos a las calles a dar la cara, y a pedir permisos para los actos de la oposición a la intendencia, siempre con un poco de temor de por medio.

Mi conclusión es que de tanto esfuerzo, ganas, entrega, años de militancia para subvertir este orden, se tiren por la borda, y todo solo sea  salvar un barco que se hunde por la popa, haciendo contra peso en la proa, así ha de quedar a medio hundir, es como veo al Partido Socialista.

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