Guillermo Rafael Pulgar Lira
Abril 2013
Mi proceso en la Unidad
Popular.
A los doce años de
edad, en 1972, saliendo de Octavo Básico, junto a compañeros de curso nos vamos
a estudiar dibujo y pintura al Museo Nacional de Bellas Artes. Al término de
las jornadas con un ayudante del profesor -con el cual hicimos amistad- nos
íbamos al Parque Forestal a conversar con los hippies, escuchamos muchas charlas vanguardistas y fumábamos
algunos pitos de yerba.
Aquellas juntas calaron hondo en mi personalidad,
junto con las intervenciones de este joven ayudante de dibujo que militaba en
la Juventud Socialista y cuya personalidad, desplante atraía, tenía ese
carácter de líder, su nombre era Gustavo Conde. Gustavo estudiaba arquitectura,
con él nos dejaban entrar a la reciente
inaugurada UNCTAD, o Centro cultural, a su torre con la precaución de no fumar -por
el tema de las alfombras- ahí podíamos observar los ensayos de Quilapayún, los BLOPS
y grupos de teatro del momento.
La verdad que todos
éramos chascones y mucho collar por encima y a pesar de eso nunca nadie nos discriminó, al menos en ese medio. Mucho
arte, artesanía y estudiantes, junto al bohemio Barrio Lastarria, además lugar
de encuentro para ir a protestar frente a la embajada americana contra la Guerra
de Vietnam, donde me di el gusto de
circular con el cartel, “YANKEE GO HOME” durante una semana junto a varios
gringos, así tomaba conciencia con
retazos de información.
En la UNCTAD,
también me tocó una experiencia amarga, sentados en las escalinatas del centro
cultural por donde se pasaba a la torre un día pasa alguien importante, lo
delata el traje de ejecutivo y los escoltas con su típico atuendo oscuro y
corte de pelo corto, es don Clodomiro Almeyda, nos comentan, y alguien de los
tantos que allí estábamos sentados, le
dice algo que no logro escuchar, pero jamás fue un insulto, y la reacción de
don Cloro fue tan soberbia, hacia todos nosotros, nos descalifica por nuestras fachas y entre otras cosas nos
llama vagos y sucios, lo que de inmediato se transforma en una pifiadera a su
persona, incluidos Gustavo y yo, dejándonos una sensación incomoda y muchos
comentarios anti U.P. lo que se agravo enseguida, 10 minutos después con la
llegada de carabineros, quienes nos desalojaron a empujones de allí, que era un
lugar público.
Fue un hecho hostil
y muy triste, que más tarde me hizo tomar distancia de la orgánica Almeydista,
aun del apreciable aporte intelectual de este destacado cuadro político.
En los setenta la
música de moda para mi edad, eran los Jaibas, los Quilapayún, los BLOPS, y el
Pato Manns, en lo nacional, el Rock Argentino, y por el otro continente, el
rock melódico de los Beatles y el anglo sajón de Led Zeppelin, The Who, contestatario
en sus letras y encolerizados ritmos, abiertamente anti sistema, con críticas
profundas en sus textos, contra las guerras invasoras de aquel momento, y muy
influenciados, por películas que rompían los esquemas como ser Palomita Blanca,
y Busco mi destino o el recital de Woodstock. Por otro lado la TVN con sus
coreografías de Música Libre, aportaba a la entretención juvenil, pero todo el
conjunto de factores de moda de la época, eran rechazados por nuestros cuadros
militantes de izquierdas, familiares, que se esquematizaban en la lucha de
clases, contra los gestos burgueses, como llamaban a nuestras preferencias
artísticas, a pesar de traducirles las letras de algunos grupos anti sistema,
pero el impulso de los sentidos acostumbrados a las formas convencionales, prevaleció,
recuerdo los pelambres hecho a militantes destacados, desautorizando sus
capacidades, sólo por el atuendo al
estilo del Che, era repudiable aquel conservadurismo. Para mí fue un boicot a
la toma de conciencia.
Pienso, que ese
carácter de la izquierda tradicional, provocó un intento de crear un Partido Hippie
por el año 72, donde fui invitado a pesar de mi edad, lo que se desarrolló en
un departamento frente al parque forestal, con mucha participación e ideas que
me entusiasmaron, todo muy vanguardista, pero no próspero y a muchos de ellos
los vi años después en el Partido Humanista. Considero que una de las
debilidades de la Unidad Popular, fue la incapacidad de sumar a los diferentes
y sumado a este empoderamiento por parte de los partidos de la época que
participan del gobierno, con rasgos hasta prepotentes, lo digo por un
bochornoso caso, de ese año,( '?) al rendir homenaje a Pablo Neruda en el
Estadio Nacional. Mi madre era
funcionaria del casino, por esa condición ella tenía regalías de entradas al Estadio,
acceso a tribuna, y a marquesina. En esa ocasión ella junto a otras compañeras
de trabajo uniformadas con las cotonas que las identificaban del casino, van a
saludar al Presidente Allende que se le brindaba un cóctel en el comedor. En el
ingreso a marquesina, o tribuna, no sé, es impedido por los GAP, empujándolas
fuera del comedor e incluso con armas a la vista, a pesar de uno de ellos era
amigo de la familia por años, bueno hasta
ahí llego la amistad, y es que unos pocos ensucian al resto, no es
cuestión de generalizar, pero el poder sobre dimensionado, otorgado sin un
código de ética, se confunde con el abuso y es lo que pude comprobar más tarde
cuando pregunte a los gap,s devueltos del exilio, donde constate que defendían
al Presidente a codazos y patadas de la gente de civil o pueblo que deseaban
acercarse, ellos eran las actuales vallas papales, no me parecía justo, aunque tal vez había razones.
A mí eso me
producía contradicciones con la U.P. Quería ser parte pero me sentía apartado,
y es una práctica aún vigente en el Partido Socialista, pues cuando se hacen
convivencias, cuando se trata de compartir con la gente o militancia, se
conforman grupos cerrados, los que se ven siempre, y el resto queda aislado,
fuera de los temas de conversación, pues estos son corporativos o de carácter
secreto, y de esa forma reproducen el individualismo del sistema, una forma
sectaria de operar y reproducirse, funcional a lo existente. Son estos factores
que hacen de esa izquierda un átomo más del cuerpo institucional de un sistema
que se cae a pedazos, que se niega a desaparecer, pues el peso de la estructura
tiende a bloquear todo paso de energía, todo lo que pueda fluir, para dar
origen a algo nuevo y extinguir lo caduco, es todo lo que tiene que ver con la
forma, la morfología, a la que referiré más adelante.
Creo que mi tabla de salvación, fue mi padre,
quien me invita a acompañarlo a las reuniones sindicales, y a visitar las fábricas
textiles y tiendas de ropa, que estaban asociadas a la confederación textil y
del vestuario de la época, mi padre era Presidente del Sindicato de Confecciones
TRIAL, y junto al Presidente de esa Confederación, compañero Vega, mi padre se
movía por el cordón industrial san Joaquín, mucha caminata y a veces en auto de
otro dirigente, donde conocí por primera vez, los retratos de Marx, Lenin, Engels,
colgados en las gerencias tanto de textil progreso, sumar, y que se encargaban
de explicarme, quienes eran, los mismos compañeros dirigentes que gestionaban
las empresas, nunca vi basura, ni ocio en esos lugares, pues debíamos esperar,
los horarios que disponían los compañeros para atender las oficinas, a donde
llegaban con mamelucos o cotonas. Por parte de mi padre el fiscalizaba, lo que
las textiles mandaban a las fábricas de ropa, y así poder controlar la
producción en la empresa privada y evitar el acaparamiento, o el desabastecimiento, lo que él comunicaba en
los sindicatos asociados, y ante lo cual el comentaba con Vega, la falta de
compromiso de otros dirigentes, que no acudían a informarse y ellos debían ir a
los sindicatos o fabricas a notificarles a expensas de recursos salidos de sus
bolsillos, lo cual no era recuperado.
En ese tiempo fui
un compañero más entre los adultos, donde colabore en la organización de
convivencias sindicales y paseos al litoral, con mi padre y sus compañeros de
sindicato, con los cuales lo pase súper bien. Lo cierto es que de política
aprendí poco, porque el tema de cifras, tarifado que se discutía no me llegaba,
pero si el primer enamoramiento con una chica un poquito mayor, que me trajo
algunos prejuicios, porque ella trabajaba, mientras yo estudiaba todavía la
básica, era mucho más madura que yo, pues era la secretaria del sindicato y
duro solo un verano, pues tenía competencia al interior de la fábrica, y me
sirvió, pues para ponerme a su altura,
tuve que leer mucho acerca de las definiciones de propiedad mixta, privada y
área social, y memorizar algunos diálogos que sostenía mi papá con otros
dirigentes, así es como ella al principio me confundió con un trabajador con la
complicidad de los compañeros sindicales que me cubrieron hasta donde se pudo.
Eso me volvió un
poco más adulto, y con otros compañeros de curso donde estudiaba, el colegio
COOTEDUC Santiago centro, que era una cooperativa de educadores, creo todos de
izquierda, era pagado, decidimos que en diciembre del 73 después de los
exámenes, de primero medio nos afiliábamos al MIR, con ellos nos identificamos
sea por la juventud de su gente, su modo de ser, sus fachas, y porque en varios
mitines respondían a nuestras preguntas. Pero no pudo ser.
Debo reconocer de
políticos honestos, que hacían bien su pega, al margen de prejuicios u otras
taras, según mi opinión, el caso de un alcalde, de apellido Neira (P.C.) de la
comuna Las Barrancas de aquel entonces, que vivía a una cuadra de donde
arrendaban una casa mis padres, por el año setenta, una dirigente D.C. intenta desalojarnos de la propiedad,
con el pretexto de fundar allí una sede social, a pesar que teníamos un
compromiso de compra de la propiedad con el dueño, de la casa, pero que había
escapado a la Argentina producto de unas estafas, ante lo cual el alcalde al
revisar los antecedentes, nos confirma en la propiedad, y así varios vecinos,
nos apoyan muchos de ellos comunistas. Aquello nos dio un perfil de izquierda, además
que mi padre era inspector ad honorem de las JAP, y le tocó un par de veces
controlar a los almacenes, que escondían las mercaderías, pero no tuvo
problemas ni conflictos con ellos, algunos de los cuales después solidarizaron
con nosotros durante la tiranía.
Recuerdo muy bien,
que por ese entonces a pesar de las diferencias, había tolerancia, pues en mi
familia, había partidarios de la U.P y en contra, y las discusiones eran
acaloradas, entre hermanos, entre padres e hijos, en fin, el ambiente era
tenso, pero los mismos contrarios se amistaban después y continuaban con la
misma tanda cuando nuevamente se encontraban y así siempre. Mi madre estaba
momia, producto de las colas que había que hacer para las compras, pues se
había acostumbrado al mínimo confort de los gobiernos anteriores y junto a ello
las compañías de mujeres amigas que siempre estuvieron contra Allende, lo que
provocó más de una discusión matrimonial, a pesar que en casa nunca falto
mercadería ni se pasó hambre, estaba la
sensación de escasez, lo cual era más psicológico que real. Mucho prejuicio
para la época, mi familia rechazaba mis amistades por la indumentaria hippie,
excepto mi padre, que también usaba el pelo largo a sus 40 años, pero eso era el
contexto.
El Golpe.
Aquel día junto a
los compañeros de curso pensamos que nuevamente sería lo mismo que el día 29 de
junio, y una vez despachados a casa cerca de las 10 a.m. Los mismos que
habíamos ido a recoger vainas al centro y a la Plaza de la Moneda la vez
anterior, quisimos repetir aquello de coleccionar balas o casquillos por morbo
y curiosidad, pero una balacera en Alameda con Manuel Rodríguez, nos obligó a
tumbarnos en el pavimento, pues muchos vidrios caían por doquier, lo cual nos asustó
y cada uno para su casa.
Mi padre no llegaba
y eran las 10 de la noche, cuando aparece. Años después nos cuenta que estuvo
en el sindicato de la fábrica esperando algún contacto y posteriormente salió
junto a otros dirigentes en dirección de la textil Yarur, pero no pudieron
llegar por el contingente de milicos en el lugar, y ya las calles estaban
quedando desiertas, por lo que tuvieron que a pie devolverse a sus casas.
Dos semanas después
de vuelta al colegio, muchos compañeros de distintos cursos no aparecieron más,
era los del MAPU y del MIR. El colegio fue visitado en varias oportunidades por
los militares y puesto un milico como interventor, y en una ocasión del año 74,
se nos llamó la atención a todo el alumnado, por supuestos comentarios
políticos anti dictadura. Hasta el año 75 curse estudios allí, y mi expresión
anti junta de gobierno fue por las mañanas rayar el pizarrón con consignas
contrarias al régimen con un símbolo aprendido de rayados en los muros de la
calle ( R ) envuelta en un círculo, resistencia, lo que use por años junto a
otros amigos ya fuera del colegio.
En el año 74,
registran mi casa dos veces, son civiles, llegan en camionetas y autos fiat
600, con metralletas, gran expectación en la cuadra, media hora de detención al
interior de la casa, esto fue por la tarde, mi padre había sido despedido del
trabajo, y a pesar que fue investigado, nada en su contra, igual fue hostigado,
y pensamos que la parte patronal algo tuvo que ver, pues muchos años después,
al presentar mi currículo a un trabajo en el sector modas de una fábrica
cercana a cuadras de trial,
sospechosamente el dueño me pregunta, detalles de mi apellido y algún vínculo
con trial, y por cierto jamás me llama, cuando en la primera entrevista todo se
resolvía a mi favor. Así mi viejo se auto exilia por un tiempo, hasta que se
calmen las cosas y se va por Argentina, y luego México, 26 meses afuera, se
instala en las afueras de ciudad de México a media hora de la ciudad, trabaja,
junta dinero, por medio de amigos que allí cuenta, le consiguen arriendo, y
conoce a Adonis Sepulveda, donde brevemente participa en el colectivo México de
socialistas residentes año 76, por aquel
entonces un núcleo pequeño, con mucha autocritica y análisis descarnado, según mi padre y chapa de por medio, pues el
asunto de la desconfianza y seguridad primaba.
Ese año repito el
curso, por el tema de quiebre familiar, y me veo en la obligación de buscar
trabajo, y estudiar de noche, en un liceo fiscal. Un cambio total de ambiente,
pero desde el primer año, me destacan como presidente de curso, al año
siguiente 78, secretario del centro de alumnos, donde conozco más íntimamente
el accionar de la gente de izquierda en el liceo, conspirativamente con
profesores y algunos superiores, con los cuales hice gran amistad, y más tarde,
nos adjudicamos fondos para dar refrigerios a los alumnos de la vespertina y
solidarizar con herramientas de corte de vestuario a los rezagados, que no
tenían dinero para comprar, pues había mucha cesantía en el país.
Así fue hasta el
año ochenta en que egresé. En ese tiempo
los profesores con los cuales hice amistad, ya se mostraban abiertamente
críticos al régimen, lo digo porque después de clases nos íbamos a un restaurant
cerca a compartir un trago y comentar, la reforma educacional de la época y
otras cosas, que tenía que ver con la democracia, que aunque parezca paradojal,
a seis o siete años de haberla perdido, había muchos alumnos, que no conocían
el sistema democrático, a pesar de algunos de
estar por sobre los veinte años, me quedo con la sensación que educación
cívica se hizo muy poco, durante el periodo democrático, yo por lo menos no
conocí donde estudiaba nada afín, lo mismo que la educación sexual, todo un
tabú.
Antes de los
ochenta asisto a la convocatoria de E. Frei en el Caupolicán, pues mi liceo
estaba cerca y con varios compañeros, casi toda la vespertina, nos manifestamos
abiertamente y hacemos correr a los pacos, lo que nos empujó a hablar con
soltura en contra de la tiranía, lo hacíamos en el patio del liceo o afuera en
una plaza cercana después de clases, solo a eso atine durante esos años, ya que
estudiaba y trabajaba, todo muy agotador. Entre tanto los profes, nos
preparaban en las convivencias de bares o recreos con elementos políticos y
cuestiones de ética, solo logre identificar a los que se definían de radicales,
el resto mantenía el secretismo. La conclusión que rescato de estos episodios, es que necesariamente
para poder avanzar, tienen que concretarse hechos de fuerza y de
intervenciones, que hagan posible nuevos umbrales. Hechos como el Caupolicanazo
demandando nueva constitución, es el germen de lo que será después las
protestas del movimiento social.
En el año ochenta,
junto a un amigo del barrio, José Luis, conocido
desde la adolescencia, emprendemos una campaña de agitación, sea con rayados
murales con brochas y pegatina de afiches y papelógrafos, hechos por nosotros
mismos, por las noches en un dormitorio o en el día cuando estábamos solos,
esto por no preocupar a nuestras familias, y todo el material era camuflado,
para salir después de las 10 de la noche, ya con más confianza y participando
en una parroquia cercana, nos hacemos de propaganda sindical y derechos
humanos, llegando incluso a subirnos a las micros y tirar a los pasajeros los
panfletos, lo que alejó a unos pocos que eventualmente nos acompañaban (humanistas
e izquierda cristiana, vecinos nuestros) pues consideraban eso muy arriesgado,
lo que años después detonó, dentro de la comuna, al coordinarnos en
agrupamientos de izquierda con el MIR –PC-FPMR fuésemos cuestionados yo y mi
compañero, tildándonos de aventureros y un riesgo a la seguridad del conjunto. Por
mucho tiempo, nuestros rayados poblaron parte de la comuna, los lugares más
visibles, y nos confundían con el MAPU Lautaro, y otras orgánicas anarquistas
de la época, y éramos solo dos. Demás esta decir que éramos huérfanos de
partidos.
En los fines del
año 81, mediante un familiar soy cooptado al Partido Socialista fracción J. Gutierrez, convenzo a mi amigo y queda
constituido el núcleo, que más tarde se amplía a otras comunas de la zona
norte, nuestro superior jerárquico es Sebastián Jans, alias el mormón, esto por
la facha. Todo con los requisitos de la clandestinidad, chapas, compartimentación,
tareas de estudio del socialismo y marxismo, vía folletos y libros prestados, y
más tarde cursos presenciales en oficinas que nos acogían, como ser la de la
abogada Pamela Pereira, y por cierto esta vez con disciplina y ajustándose a
una línea política, que nos garantizaba un mínimo de respaldo a nuestra
seguridad.
Mi compañero de
aventuras por su carácter un poco desordenado, pronto deserto, pues era más de
la acción, la agitación, poco adicto al estudio. Así me acoplo a un proceso muy
rico de debates y estudios circulando por diferentes comunas, y encontrándome
con sorpresa a amigos antiguos, que ni
pensaba estaban en eso, entre ellos nuevamente a Gustavo Conde, pero esta vez
no me reconoció, pues había sido torturado y le provocó la pérdida de la
memoria y toda la frescura anterior, es lo que me contó un amigo cercano a él,
esto fue en la zona sur de Santiago, después divise a Gustavo en actos
partidarios sin poder conversar y saber de su estado, un tipo brillante.
Hechos que marcan aquellos tiempos: En una ocasión me
toca participar de una asamblea PS de la zona norte, y todos arriba de un bus,
de un compañero a los que fuimos recogiendo comuna por comuna, durante todo un
día, la cobertura era que somos un grupo evangélico, para lo cual llevamos
guitarra y biblias, al llegar a un cerro por la tarde, por A. Vespucio, junto
desde luego con J. Gutiérrez, nos demoramos más en bajar de la micro que en
subirnos, porque los zancudos, cual CNI nos atacan, era toda una nube, y
debemos hacer el acto arriba del bus, con filmaciones que se mandaban fuera de
Chile, y donde posteriormente recibo algunos retos y como tarea “aprenderme la marsellesa”
eso fue bochornoso, pues yo era dirigente de un departamento juvenil del PS (unión de organizaciones juveniles)
esta iniciativa del mormón no prospero, puesto que se requería que también los
hijos de militantes y dirigentes aportaran gente y recursos, lo que no sucedió.
A mi modo de ver la
gestión de Jans, fue dinámica, empática, se creó lazos de confianza y por parte
de él, por su nivel teórico, se nos dio muchas explicaciones ante nuestras
interrogantes, eso fue hasta que lo suben a la dirección política y debemos
cambiar de jefe, lo que implico otro trato, aun así con esta nueva estructura,
fuimos capaces de crear una olla común en Pudahuel, con la presencia de una
compañera excelente dirigenta, quien condujo ese tema de forma formidable, la
compañera Lucia, y la ayuda de su
esposo, durante un par de años dieron de comer aproximadamente 200 personas,
donde nosotros aportábamos, los vehículos, los contactos en la Vega, los
recursos para las peñas solidarias y los discursos políticos, también temas de
salud.
Por aquel tiempo
por mi cercanía con Johnny Carrasco, a quien conocía desde las peñas
solidarias, y posteriormente en la Vicaría pastoral obrera, donde curse un
seminario de organización poblacional,
creo fue el año 83('?) se convoca a una
asamblea de unidad socialista, participan varios sectores, Mandujano,
Gutiérrez, La Chispa, y otros que nunca supe quiénes eran, esto debido a la
poca preparación que tenia de la historia del P.S., y se me asigna la tarea de
conseguir local en la zona poniente, lo cual consigo por medio de Johnny, quien
facilita la Parroquia San Luis Bertrán, lleno total del salón, me toca dar la
bienvenida a los compañeros, muchos podrán corroborar esto, pero yo estaba en
pañales, para esa envergadura de tareas, me sentía muy improvisado, y los
objetivos que se plantean son muy diversos, desde la insurrección hasta la
política de masas, y luego supe que así como se
unían dos después de eso se
dividían en tres, algo desesperante y que me hacía flaquear por mi parte, quede
sin muchas respuestas por parte de este nuevo jerárquico, y algunas prácticas
de hacer política, que yo rechace , como los hechos de ser parte de la
seguridad, sin tener preparación en el manejo de armas, que se me pasaron,
seguridad en casas donde se realizan reuniones de fracciones, y algunas cosas más graves que no las voy a mencionar que coinciden con
el alejamiento del partido de otros compañeros de núcleo antiguo, con los
cuales más adelante nos integramos a la Organización Combate, pues la fuente
escrita que era objeto de estudio llevaba ese nombre, estaba asociada al
trotskismo, y la experiencia allí fue riquísima, sesudos análisis, disciplina
militar, creación de centros culturales y frente de masas con obligación de
ocupar puestos relevantes en todos los frentes, nuestro objeto de estudio era
toda América latina y norte América, teníamos claro que las fronteras eran las
creaciones artificiales para separar a los pueblos, por ello muchos sabíamos más
de otros países que del nuestro y nuestro aporte consistía en crecer
orgánicamente y aportar elementos de la cultura popular, el folklor, la poesía
y la educación política, como instrumento de emancipación, ello nos facilitaba
comandar propuestas de agitación y ser escuchados en las coordinaciones de
izquierda, eso no impidió que muchos de los nuestros, sin poder impedirlo
emigraran tanto al MIR, o al F.P.M.R.
Desde luego había
otros frentes en donde se tenía presencia, pero narro solo mi caso. Había dado
la P.A.A. Y elegí arte en la U. Católica Santiago, El Comendador, media beca,
participo de Codeju, como delegado por mi curso, y conozco a una estudiante de
filosofía del campus de letras de la
misma universidad, también delegada, que
entre otras cosas cantaba como los ángeles, Marisol es su nombre, una
perspectiva política revolucionaria muy lucida, y provenía de una familia muy
pudiente, pues conocí su entorno, era del grupo privilegiado, no obstante era
portadora también de algunos prejuicios, que después comprobé, y ante mi
insegura personalidad deje pasar sin cuestionar ni reprochar, de lo cual me
avergüenzo, y que consistió en segregar disimuladamente a simpatizantes de
nuestras ideas y de los frentes donde dirigíamos, solo por su aspecto un tanto
ordinario, y otros por leves taras en sus conductas, personas marginadas entre
los propios marginados, aun eso está en mi conciencia, cuando diviso a estas
gentes, pues siento haber traicionado a mi padre, quien me inculcó todo lo
contrario, y ahora solo atino a saludarlos con mucho afecto y conversar con
respeto con ellos, como parte de mi karma, lo que sé es que por parte de
ninguno jamás fue intención de dañar al próximo, pero cuando las estructuras valóricas
se te pegan como lapas, es difícil sacudirse de aquello. A esta niña la coopta
un dirigente de nuestra orgánica, y ella con mucha rapidez, al año ya da clases
de Marxismo y se destaca entre nosotros como una líder. Nuestra orgánica se
desarrolla en el área metropolitana, y cambiamos de nombre, después de un
proceso de debates, llegando a definirnos como una “corriente socialista de
base”.
A mediados de ese año , debido a mi acción en
el frente cultural juvenil, lo cual
desarrollamos en distintos locales y
casas de mi comuna Lo Prado, un vecino
de la UDI, me denuncia como agitador y de hacer reuniones clandestinas en mi
casa,, por suerte a esa fecha, ya había
cambiado la rutina, y al sospechar que algo se tramaba, por confidencia de
miembros del centro cultural, yo me había desecho de libros y documentos
comprometedores, y otros los había disfrazado de novelas o escondidos detrás de
un cuadro o foto, aquel año dos veces
fue allanada mi casa por la noche, sin encontrar nada que me incriminara, y me
tuve que ausentar, por un periodo de seis meses de toda acción política, por
seguridad del resto de la orgánica, quedo un recurso de protección, impuesto por la pastoral
obrera, y luego, tuvimos algunas leves provocaciones en un local donde funcionamos, lo que en vez de intimidarnos hizo que
compañeros se radicalizaran aún más, saliendo a protestar, quienes menos
pensaban que lo iban a hacer.
Ya estamos por el
85 y no vemos salidas insurrectas, que es a lo que habíamos apostados, y el
juego de la deliberación, lo que hacíamos cara a cara, sin soberbia, respeto,
comienza a tensionar nuestra dirección, y algunos por lazos de amistad, empatía
mas que por reflexión, van adhiriendo a posiciones distintas, que se desglosan
en mantener la autonomía del grupo y rechazar todo intento de alianzas de
carácter frente amplio, mas no sea de clase y de ruptura total con el sistema,
proponiendo como métodos de acción desobediencia civil y la otra parte,
valorando los esfuerzos unitarios de lo que se llamó el bloque socialista.
Ya estamos en el año 87, pues encontraba allí
un espacio más natural a nuestro acervo práctico e ideológico, yo estaba en la
segunda línea de mando, y mi ideal era continuar con la autonomía, dotarnos de
rasgos más específicos de clase, pero la vida da tantas sorpresas, que
mediante, un lio de faldas de un dirigente que compartía mis principios se
desata una serie de contradicciones, que tienen que ver con principios, a los
cuales les dábamos mucha importancia, rupturas de confianza, no dar la cara
cuando fue requerido, aunque entendíamos que era tema de parejas, también eran
dirección política, línea de mando y de simpatías transversales a lo que se
discutía en ese momento. Eso detonó de manera precipitada la separación de la orgánica,
yo me quedo, con lo que a mi juicio era lo menos malo, acompañar el proceso
para irnos al bloque socialista, y cuento solo con el acuerdo de la mitad de mi
núcleo, y donde se nos hace muy difícil después trabajar en el frente cultural,
que era común, donde tratábamos de persuadirnos mutuamente, a todo esto las
conversaciones con el Bloque, se habían orientado con más énfasis con el P.S.
Renovado, pues ellos admitían, que no había bronca con las corrientes trotskistas,
pues eran parte del “acerbo” ( esto con asperezas) del partido, quien dirigía a
esta” corriente de base por el socialismo”, era el compañero Rodrigo Muñoz,
quien más tarde nos integra al P.S. Nuñez, y a la corriente de Arrate.
Durante un tiempo,
al interior del PS. Nos reuníamos para evaluar nuestra inserción en el partido
y analizar el momento político, esto lo hacíamos como corriente por el
socialismo, y al principio nos preguntamos muchas veces, si continuábamos en el
partido o que otra cosa, la verdad fue un trauma llegar al Partido, era la
opinión generalizada, la práctica política tan abismante a lo que hacíamos como
grupo combate era significativa, y así fue como fuimos devorados por esta otra
acción depredadora, en que mis ex compañeros combativos, se olvidaron de la
revolución permanente y Trotski, mas no sea para citar algunas equivocaciones,
y nuestro aporte por el excusado, francamente me dio vergüenza, y con el único
compañero Marcelo que después seguí operando en política en mi comuna, por el P.S. asumimos las tareas
del comando por el NO, y posteriormente las elecciones presidenciales, y fuimos
destacados, porque valientemente salimos a las calles a dar la cara, y a pedir
permisos para los actos de la oposición a la intendencia, siempre con un poco
de temor de por medio.
Mi conclusión es que
de tanto esfuerzo, ganas, entrega, años de militancia para subvertir este
orden, se tiren por la borda, y todo solo sea
salvar un barco que se hunde por la popa, haciendo contra peso en la
proa, así ha de quedar a medio hundir, es como veo al Partido Socialista.
muy buen relato Guillermo!
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