lunes, 29 de abril de 2013

Carlos Bongcam Wyss. Condenado a Muerte


Carlos Bongcam Wyss


Nací en el pueblo de Pitrufquén, ubicado en la ribera sur del río Toltén, provincia de Cautín, en 1934. Mis padres fueron Alfonso Bongcam y Lidia Wyss.

En 1944 ingresé al Instituto Nacional. En 1963 egresé de la Escuela de Ciencias Políticas y Administrativas, con el título de Administrador Público.

En abril de 1965 fui contratado como profesor de Administración en la Sede Osorno de la Universidad Chile, cargo que ejercí hasta septiembre de 1973, junto al de miembro del Consejo Normativo Superior de dicha Universidad.

Un grupo de exiliados latinoamericanos creamos en Suecia el Círculo de Estudios Latinoamericanos, CELA, del cual fui su director entre 1978-1996. Durante todo este período el CELA editó las revistas «Suplemento América Latina» y «Educación y Cultura Latinoamericana» y, además, publicó mis libros educativos: “Latinoamérica al alcance de todos”, 1980; “Latinoamérica para niños”, 1981; “Aprendiendo a leer Latinoamérica”, 1982; “Los niños y las drogas”, 1985; “Latinoamérica 500 años”, Tomo I, Historia, 1988, y “Latinoamérica, 500 años”, Tomo II, Economía, 1990.

En internet están publicados mis libros de denuncia de los atropellos de los derechos humanos ocurridos en Chile: “Chile: Consejo de Guerra”, “Chile: Condenado a Muerte”, 1998; “Chile: Retorno Imposible”, 1999; “Chile Censura mis Libros”, 2000, y “La «Guerra Privada» del Capitán Fernández”, 2003.  Radio Suecia ha transmitido en varias ocasiones mi pieza de radioteatro “La Ejecución”.

En 2001 publiqué en Internet mi novela “Nayra, la Esposa del Sol”, basada en parte en hechos de la historia de la conquista de Chile y del Perú.

Lo ocurrido a mi persona entre mediados de agosto de 1973 y julio de 1974, está descrito en mi libro testimonial “Chile: Condenado a Muerte”.

En este libro, además de denunciar los crímenes cometidos en la provincia de Osorno, pongo al corriente al lector de lo que estaba ocurriendo en todo el país con los Secretarios Regionales del Partido Socialista de Chile, el cargo que yo mismo ostentaba en Osorno y  además, describo el accionar de la junta militar que había usurpado el poder, citando sus Bandos, Proclamas y Decretos Leyes.

Al efecto me valgo, naturalmente, de una acotada bibliografía que se cita al final del texto.
Con la finalidad de hacer más fácil la lectura del relato, me tomé la licencia de hacerlo en forma "novelada".

Finalmente, este libro lo dediqué a las compañeras y compañeros que con riesgo de sus propias vidas contribuyeron a salvar la mía. No señalo sus nombres para protegerlos de los asesinos, civiles y uniformados, que aún siguen libres en mi patria.

Es responsabilidad de la editora la selección del extracto del libro…

Mi último discurso

El sábado 18 de Agosto, por la tarde, asistí a la reunión del “Cordón Industrial Chuyaca” que se realizó en la Escuela Industrial.

Intervine ante los trabajadores analizando la grave situación que se vivía en el país, expliqué los peligros que nos amenazaban y como conclusión, exhorté a los presentes a estar preparados porque, según todos los indicios, importantes sectores dentro de las Fuerzas Armadas estaban tramando un “Golpe de Estado” en contra del Gobierno. Aquella fue mi última aparición en público en Osorno.

Mientras hablaba tuve la sensación de que los obreros me escuchaban sin dar crédito a mis palabras, aferrados a los mitos de la “prescindencia política” de las Fuerzas Armadas, de su “respeto a la Constitución” y de su “obediencia al poder civil”, mitología que la propia Unidad Popular había contribuido a difundir durante los últimos los últimos años.

Salí de la reunión bastante desanimado, al ver la actitud pasiva y la incredulidad de los compañeros. Sin automóvil y sin escolta, por primera vez me sentí cansado e impotente. Un profesor me llevó en su camioneta hasta el centro de la ciudad. Caminando llegué hasta la casa de unos amigos, donde permanecí hasta el martes siguiente.

Durante aquel fin de semana dominó el escenario político el episodio protagonizado por el General Ruiz  Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, enfrentándose al Presidente Salvador Allende. Fue un abortado intento sedicioso que llevó a la designación del General Leigh como nuevo Comandante de la Aviación Militar. Al escuchar la breve alocución de Leigh en el acto de transmisión del mando, me desagrado profundamente su voz;  dándome la impresión de que salíamos del fuego, para caer en las brasas.

Declarado reo

El martes 21 de agosto, tres semanas antes del Alzamiento que estaban preparando los Altos Mandos de las Fuerzas Armadas con el apoyo de los norteamericanos y de todos los partidos de la oposición política para derrocar a Salvador Allende, me levanté tarde.

Los dueños de casa se habían ido temprano a sus trabajos. El prolongado descanso me había devuelto el buen ánimo. Me sentía reconfortado, aunque no optimista.

Al mediodía, después de almorzar, caminando por calles poco frecuentadas me dirigí a la casa de Darío, uno de los Dirigentes Regionales del Partido. El día estaba despejado y luminoso, pero frío. El sol no lograba calentar a causa de la helada brisa.

Al doblar una esquina vi que por la misma acera caminaba a mi encuentro una pareja de Carabineros, me sorprendí. Era inusual que los Carabineros recorrieran las calles secundarias.

Simulando que me arreglaba el poncho, para ocultar mi rostro, crucé tratando de no mostrar prisa a la acera de enfrente.

Caminando con lentitud, incluso deteniéndome a medias, aparenté concentrarme en la tarea de encender un cigarrillo.

Al cruzarnos, desde el otro lado de la calle los Carabineros me dirigieron una rutinaria mirada de control. Pudieron constatar que el campesino que camina por la acera tenía grandes dificultades con el viento para encender su cigarrillo.

Llegué a la casa de Darío faltando pocos minutos para la una de la tarde. Mi amigo, su mujer y su suegra terminaban de almorzar escuchando las noticias en la Radio “SAGO”, la
Radioemisora de la reaccionara Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno.

La suegra de Darío me ofreció una taza de café y me la sirvió en el momento en que terminaban las noticias, inmediatamente después se oyó la característica musical que anunciaba los “flash” noticiosos. El locutor leyó:

-La Fiscalía Militar ha declarado reo a Carlos Bongcam Wyss, Secretario Regional del Partido Socialista de Osorno, quien debe presentarse de inmediato ante las autoridades Militares.
Según la Fiscalía Militar, Bongcam estaría implicado en la creación y entrenamiento militar de organizaciones guerrilleras, en abierta infracción de la Ley de Control de Armas. La Fiscalía Militar ha dado orden de aprehensión en contra de Bongcam a todas las unidades policiales.



 El  acuerdo de la Comisión Política

Le pedí a Darío que fuera a buscar a los Miembros de la Comisión Política del Comité Regional del Partido para discutir la situación y tomar acuerdos. A la reunión llegaron los integrantes de la Comisión Política, más un Dirigente Regional.

Dado que todos habían oído el flash del Radio “SAGO”, les hice una sola pregunta:
               -¿Me entrego a la Justicia Milita o paso a la clandestinidad?
Luego le di la palabra a cada uno de ellos. Todos opinaron que no debía entregarme. Era lo mismo que yo estaba pensando, pero que me cuidé muy bien de expresar, para que después nadie dijera que les había presionado.

Precisé el acuerdo:
               -Entonces se acuerda por unanimidad que yo no me entrego a la Fiscalía Militar y que paso a la clandestinidad.

Como nadie hizo ninguna objeción, el acuerdo quedó a firme.

A continuación les dije:
               -Me imagino que todos ustedes tienen claro lo que esto significa. Ustedes asumen su responsabilidad como Dirigentes del Partido y se comprometen a no abandonarme a mi suerte. Y no se olviden que yo sigo siendo el Secretario Regional del Partido.

Le entregué dinero a un compañero para los gastos a que hubiera lugar y al camarada que tenía en su poder las escasas armas del Partido, le dije:
               -Tú me harás llegar las armas cuando te las solicite. ¿De acuerdo?
               -¡Acuerdo!

Recuerdo haberles dicho a los compañeros que la actitud de la Justicia Militar en la Provincia  estaba demostrando que el Golpe Militar contra el Gobierno estaba en marcha, que el tiempo corría en contra nuestra. Les insistí, además, que ellos debían cumplir con el acuerdo del Comité Regional de llevar una vida semiclandestina, en preparación para el necesario paso a la clandestinidad en tanto se desencadenara el “Golpe de Estado”. Todos dijeron que estaban de acuerdo y que entendían la situación de la misma manera. Entonces di por terminada la reunión.

Condenado a muerte

Darío me llevó en una camioneta a un barrio de la ciudad donde yo tenía una casa de seguridad. La dueña  de la casa era una compañera de mucha entereza. Ella también había escuchado la noticia de Radio “SAGO”, pero cuando me vio llegar ni siquiera se puso nerviosa.

Un par de horas después llegó su compañero, quien trabajaba en una empresa cuyos propietarios eran del Partido Nacional.
               -Compañero –me dijo-: ¡Usted está condenado a muerte!
               -¿Y quiénes me condenaron?
               -Los “momios”, compañeros. Mis patrones lo comentaban hoy.
               -¿Y usted cree que hablaban en serio?
               -Va a tener que cuidarse porque no hablaban en broma.
               -Entonces, la situación es grave.
               -Eso creo yo también. Además, no sólo los Militares y los Carabineros están tratando de ubicarlo. Los “momios” también se están movilizando.

Yo conocía a los reaccionarios de Osorno. Sabía del odio que me tenían y de lo que eran capaces de hacer, máxime si contaban con la complicidad de los Carabineros y los Militares.
               -Eso quiere decir que mi situación es aún más grave de lo que yo me había imaginado. Tendré que tomar precauciones en los caminos rurales.
               -Los caminos son muy peligrosos, compañero, porque los camioneros andan armados y dispuestos a matarlo allí donde le encuentren.

El comienzo de la clandestinidad

Por pura casualidad, la compañera Rosana llegó a la casa donde me encontraba. Ella fue de opinión de que en aquel sitio yo corría demasiado peligro  salió en busca de un lugar más seguro. Regresó al anochecer para conducirme a la vivienda de unos amigos suyos que habían aceptado recibirme. Se trataba de un matrimonio que tenía una casa grande con varias habitaciones, donde mi presencia pasaría desapercibida para los vecinos.

Aquella noche, las noticias de Santiagon reafirmaron mis apreciaciones acerca de la gravedad del momento olítico que vivía el país. Entre otras cosas, la Radio informo:
               -Que la Central Única de Trabajadores de la Provincia de Santiago , donde eran mayoría los Dirigentes Sindicales demócratas cristianos, había declarado una huelga general contra el Gobierno, a la que se plegaron los empleados y técnicos estatales, pero no los obreros;
               -Que el Colegio Médico, que era dirigido por la oposición había llamado a los médicos a paralizar sus actividades por cuarenta y ocho prorrogables, en protesta contra el gobierno;
               -Que la policia civil había detenido en Santiago a dieciocho Jefes de Comando de “Patria y Libertad”, en una reunión en la que estaban organizando los atentados que cien Comandos fascistas iban a realizar en Santiago el 23 de agosto. Planeaban atacar los locales de los Partidos de la Unidad Popular y de las organizacione de masas; las casas de Dirigentes Políticos; las Radioemisoras y los Periódicos de izquierda; los buses de la locomoción colectiva y los camiones que no habían acatado el paro y seguían trabajando, y
               -Que los Generales del Ejército habían enviado a sus mujeres a gritar frente a a casa de Carlos Prats, su Comandante en Jefe, en vez de enenfrentarlo virilmente dentro de la Institución. A partir de aquel incidente, la prensa comenzó a llamar a estas mujeres, con razón “las generalas”.


La “Justicia” Militar

El 22 de agosto envié a imprimir y distribuir, esta declaración:
               -La opinión pública se ha enterado por intermedio de Radio “SAGO”, qye la “Justicia” Militar me ha declarado reo en una causa que desconozco, haciendome cargos falsos. En otras palabras, esta “justicia” me ha condenado de antemano, dando muestras de parcialidad y sin ningún respeto por las normas procesales vigentes.
               Al respecto declaro públicamente que he tomado la decisión de no presentarme ante una “justicia” que obra de esta forma. El día que en Chile exista una verdadera Justicia me presentaré ante ella voluntariamente, pero no es el caso en el día de hoy.

domingo, 28 de abril de 2013

Rescatar la obra de Allende



Adolfo “Huaso” Lara Bustamante
Abril 2013

Soy socialista por convicción. 

Tengo un peso de la tradición familiar que ha influido para no abandonar el Partido a pesar de no compartir la conducción de este.  

Soy inconformista y optimista a la vez.

Nací en 1941 un 31 de Mayo en Colbún provincia de Linares, hijo de María Bustamante Bustamante y Manuel Lara Sobarzo. Fuimos cuatro hermanos tres hombres y una mujer. Mi padre era un pequeño agricultor y tenía un negocio con frutos del país.

Mis padres fueron fundadores  del Partido en Colbún, además mi papá formó varios sindicatos campesinos siendo un gran dirigente político y sindical el fue reconocido por el pueblo, eligiéndolo durante muchos periodos Regidor.

Con el ejemplo de ellos chiquitito a los 14 años ingresé a la Federación Juvenil Socialista, FJS.  Estudie en la Escuela Rural de la Guardia de la Comuna de Colbún y después en la Escuela Agrícola de Panimávida  y finalmente en la Escuela Agrícola Pedro Aguirre Cerda de Romeral de Curicó. Ahí concurrí a la fundación de la Federación de Estudiantes Curicanos.

Razones familiares hicieron que nos trasladáramos al Teniente ingresé a trabajar de obrero y al poco tiempo me convertí en dirigente del Sindicato Industrial Sewell y Minas, el sindicato tenía 3.500 socios y éramos cinco dirigente encabezados por Héctor Olivares.

En 1967 soy elegido miembro del Comité Central de la FJS y en el Congreso de La Serena en 1971 miembro del Comité Central del Partido, paralelamente Secretario Regional del Partido en O’Higgins. En el ámbito laboral, me desempeñaba como Jefe  Zonal de Desarrollo Campesino. En el momento del paro de los camioneros fui nombrado por el Presidente Salvador Allende interventor de camiones para garantizar que no paralizara la producción en el Teniente.

Participé en la expropiación de fundos en las provincias de O’Higgins y Colchagua junto con muchos personeros, entre otros, con Pepe Zalaquett.

Llega el golpe y fui apresado el 17 de Septiembre, estuve en 5 Consejos de Guerra en tres de ellos me condenaron. En el primero me dieron pena de muerte, en los siguientes las penas fueron disminuyendo hasta que me condenaron a expulsión por 16 años del país.

Estando en el exilio me enteré que me habían rebajado la pena a ocho años pero con prohibición de ingreso al país.  Finalmente, me autorizan ingresar al país en la última lista, cada seis meses venía a  Chile hasta que el año 91 me quedé definitivamente en Chile.

A mi retorno, tuve el triste privilegio que se me quitara la ciudadanía y por tanto quedé inhabilitado de trabajar en la administración pública. Solo el Senado estaba facultado para reponerla lo que ocurrió tras muchos trámites y dificultades.


Para mí es muy importante señalar que, en el exilio fui representante del Partido Socialista en Suecia y posteriormente Secretario Regional Europa y África del  PS liderado por Carlos Altamirano Orrego.

Yo creo que en forma equivocada se ha culpado a la Dirección del Partido emanada del Congreso de La Serena, de haber abandonado a Allende. Ninguna Ley que el Presidente Allende impulsó, el Partido dejó de apoyar.

Tengo una tesis de por qué se culpa a la Dirección de La Serena. La Democracia Cristiana tiene que exculpar su responsabilidad y exagerar los posibles errores que cometió el Partido. Esto ayudado por sectores del propio Partido Socialista que han exacerbado la política de acercamiento a la DC. Por ejemplo, solo hemos culpado a las FFAA y no a los civiles que tuvieron responsabilidad en pavimentar que eso ocurriera. Por eso ha sido tan importante culpa a Altamirano.


Me gustaría que las nuevas generaciones recuperen el legado de Salvador Allende. Muchas veces se destaca el 11 de septiembre pero se olvida, por ejemplo el 11 de Julio de 1971 Nacionalización del Cobre por Ley aprobada por unanimidad del Congreso Nacional.

Las razones por las cuales me hice socialista siguen vigentes: luchar por la justicia social.

¡A rescatar la obra de Salvador Allende!

Fotografías del Albúm de Adolfo "huaso" Lara

Mi madre María Bustamante Bustamente, socialista de toda una vida, saludando  al Senador Salvador Allende Gossens en la ciudad de Linares en 1969

Adolfo Lara B. en Congreso de la Federación Del Cobre. 1967.
Esteban Bucat O. Enrique Rubilar y Adolfo Lara. Congreso de La Serena.1971


Raúl Ampuero y Adolfo Lara. Suecia. 1978.


Carlor Altamirano y Adolfo Lara. Suecia. 1981.

Juan Reyes, Desiderio Moya, Adolfo Lara y Augusto Jiménez.1992

Adolfo Lara Jenny Núñez Lincoyán Zepeda y Roberto Trejo, 1992.


El "Huaso" Lara con Germán "Chino" Correa

miércoles, 17 de abril de 2013

Estacionamiento de ternura en los ojos.


Jaime Suárez Bastidas 
1992




Tati tenía un estacionamiento de ternura en los ojos. Una sonrisa transparente le iluminaba, como un chispazo alegre, su expresión habitualmente severa.

Analista fría, fogueada en la actividad partidaria de la vida universitaria de Concepción, había adquirido particular consistencia estudiando –con rigor- materialismo dialéctico. Intelectual, aparentemente tímida, tenía fortaleza y decisión. De carácter, autocrítica y exigente, sabía se afable, vigorosa en los razonamientos y obstinada en los propósitos y en los afectos.

Una empatía extraordinaria relacionaba a Tati con su padre. De la adolescente que admiraba a ese hombre cálido y bromista en la intimidad, a ese papá que sin dudas, la privilegiaba entre sus hijas. Tati va asumiendo, en su proceso de ideologización una ambivalencia de cariño profundo y crítica resuelta. En un respeto, sin discusión, al político que era el “Chicho”, afectada por la Revolución Cubana, se sentía atrapada por la duda de que Salvador Allende llegara a ser un revolucionario pleno. ¿Por qué? Porque cuestionaba los procedimientos políticos que se expresaban en un electoralismo inútil, estéril

Tati es una figura representativa de esa década del sesenta. Expresaba su realismo en la búsqueda de lo imposible. Su modestia la hace aparecer siempre en una forma de actividad silenciosa, discreta, ajena a la figuración, contraria a todo exhibicionismo. De manera eficiente entrega su aporte sin medida a los movimientos revolucionarios de América Latina.

El 22 de enero la UP proclama candidato a Salvador Allende. Tati le deja esa noche, en el velador, una carta plena de cariño pero de un definido tono crítico. En ella le fundamenta su gran escepticismo respecto a la vía chilena al socialismo y sin dudar de la consecuencia de su padre, reitera su convencimiento de que la construcción de la sociedad socialista en Chile, necesariamente va a requerir de la lucha armada. Tati está más próxima la interpretación que los revolucionarios cubanos hacían de la situación chilena: el diagnóstico formulado por la UP estaba errado, era inviable un proyecto político de construcción del socialismo por la vía pacífica.

Esa convicción de Tati no la abandonó jamás. Sin embargo, ello no afectó la entrega absoluta a los trabajos del gobierno al lado del presidente.

De diferentes escenas vividas, en diferentes tiempos, recupero algunos momentos o rasgos de Tati.

Debí viajar a Cuba. Allende inmediatamente proclamado candidato por la UP, fue invitado a la isla porque querían conocer, de él mismo, lo que significaba su candidatura. Como los trabajos iniciales de la campaña no le permitían hacerlo le propuso a Aniceto que fuese yo, Con mi nombre, evitaba susceptibilidades partidarias por ser yo, en ese instante, subsecretario del partido y a él le era posible integrar con José Tohá el resto de la delegación.

Tati me “preparó” para el viaje. Era mi primera tarea política internacional de tan alto nivel. Ella, con seguridad y paciencia, me enseño innumerables aspectos de la vida política cubana. Por otra parte, en esa misión, aprendí a admirar la calidad humana de Tohá, porque en la gira, pese a su mayor experiencia y a ser un político mucho más avezado, nunca dejó de atribuirme una jefatura formal y de cuidar, particularmente, que ese aspecto fuese percibido así. No había territorio para pequeñeces en el alma de Tohá.

Más adelante, cuando hacía muy poco tiempo que estábamos en el gobierno, debí recurrir a Tati. Mientras Allende se encontraba en altamar, invitado por la Armada para presenciar unos ejercicios, se produjo un lamentable incidente entre jóvenes comunistas y miristas en Concepción. El episodio del enfrentamiento significó la muerte de Arnaldo Ríos y la generación de un clima que presagiaba poco menos que una posible batalla campal entre ambos sectores, ubicados en sus respectivas sedes.

En esas circunstancias, la única forma de comunicarme con Miguel Enríquez para cumplir las instrucciones de Allende –conforme una tensa entrevista radial que sostuvimos, él desde un crucero y yo en la sala de radio de Quinta Normal- fue solicitarle a Tati su colaboración. Esa noche nos reunimos en casa de un amigo mío, Enríquez, Jorge Inzunza, Tati y yo. Fue una reunión dramática. Tati otorgó a tan difícil sesión una sensación de control, de vigor, que ayudó a que arribara la madrugada y saliera luz en un debate que impidió que la sangre llegara al río.

La última entrevista que tuve con Tati fue en el exilio. Vivíamos en Moscú cuando ella pasó por allá con destino a una actividad internacional. Gentilmente declinó alojarse en el hotel soviético y optó por irse a nuestro departamento. La escuchamos con mi mujer horas, empequeñecidas por su testimonio apasionante de lo que sucedió en Chile, en Cuba, donde ella vivía y en cada rincón donde en ese momento había chilenos luchando por la democracia.

Tati narraba con extraordinaria pasión. Noticias, eventos, expresiones de apoyo, entrevistas con personeros de gobiernos, artistas, científicos, en fin, entregaba una viva relación de todo lo que estaba ocurriendo en el mundo respecto a Chile. No se le escapaban nombres, siglas, fechas, su vida estaba absoluta y obsesivamente dedicada a Chile. Y sin indulgencias para disculpar a los frívolos o los que iban perdiendo su compromiso con el pueblo chileno. El hecho solidario y hermoso, el gesto amable de recuerdo al “Chicho” ocurrido en Finlandia o en Venezuela, en cualquier punto, la hacía sonreír en una forma plácida y de esperanzada actitud. Sin embargo, la tristeza dominaba su semblante, parecía que no la abandonó jamás la insatisfacción de tener que obedecer a Salvador la orden de retirarse de La Moneda.

Reiterativa en sus afirmaciones unitarias, no veía otro camino de recuperación de la democracia en Chile que no fuera fortalecer la unidad: Las querellas y dificultades de sus fuerzas opositoras a Pinochet la enardecían.

Estaban Tencha e Isabel en Moscú cuando supimos la noticia. Tati había muerto en su amada Cuba.

lunes, 15 de abril de 2013

Inicios de 1977


Guillermo Martin Montenegro desde Australia para 
David Muñoz Gutiérrez Italia

Para empezar te voy a hacer una relación  desde el momento que nos separamos, creo que fue más o menos el 15 de septiembre hasta el día de hoy...

Yo creo que en síntesis alcanzaré a contarte todo, bien, empiezo...

Desde que salí del hotel, salí con el chofer de INDAP y este muchacho taxista de Temuco que no me recuerdo el nombre.. lo fuimos a dejar a una casa cerca del parque y yo inmediatamente le dije al chofer que me llevara a la casa de mi hermana a Tomas Moro donde ella vivía,  y allí estuve.

En esa casa tenían  teléfono y era el número de teléfono que tú tenías. Eso está cerquita de la casa del Chicho. Ahí estuve esperando, me afeite, me corte el pelo un poco y ahí logré  ponerme en contacto telefónico con Mirella que había  viajado a Chillán. Ella me dijo que en el primer Bando había  sido llamado y que ella había  enviado una carta al intendente, el Coronel ese que estaba en Lautaro, dando excusas porque yo no me presentaba porque estaba en comisión de servicio en Santiago y que llegando me presentaría. Me decía por teléfono que no tenia problemas yo, porque habían  tomado a Alejandro Palacios y lo habían  soltado, habían  llamado a Gustavo mi hermano y lo habían  soltado, que habían  llamado a Gustavo Martinez y lo habían  soltado, que no había ningún tipo de problemas.

En vista de esto me fui  a la Plaza Almagro a buscar algún  tipo de movilización  para viajar a Chillán  y reunirme con Mirella. Logré  al fin tomar un bus Flecha Verde con destino a Concepción y me baje en Chillán. Esto fue  el día 17 si no me equivoco y el día 18 me presente  en el Regimiento de Chillán para evitar problemas, diciendo que era funcionario de INDAP que viajaba a Temuco y que quería  un salvoconducto.

Inmediatamente después -el día 19- me presente  en la oficina, porque ese era el último día  para que se  presentaran los empleados públicos, sino perderían  su trabajo y me dieron un documento confirmando que me había presentado. Seguí viaje a Temuco ese mismo día 19 en un taxi, llegue a Temuco, totalmente desolado Temuco, sin gente en la calle, me fui a mi casa y desde mi casa me fui al Regimiento, me presente en el Regimiento y me dijeron que volviera en la tarde. Me fui a la oficina a mi trabajo, me preguntaron si tenia problemas, les dije que no. Me informaron que el programa de deportes de INDAP se terminaba, que ellos iban a ver que determinación iban a tomar y me pidieron que hiciera un informe desde el momento en que yo había llegado a INDAP, día por día de mi labor efectuada en INDAP. Al principio me molesto eso, pero como tenia informes elaborados diariamente no era problema hacer un resumen de todos ellos.

En la tarde fui al regimiento, me presente, me tomo una declaración un Mayor que era el Fiscal, mi militancia dije que era simpatizante del Partido Socialista en ese momento. Llamo a Podlech, este era el que hacia las veces de Fiscal. Me dijo: “estos simpatizantes son medios raros”... cítalo para otra vez, que se presente el 28 de septiembre y que vaya a trabajar. Me fui a trabajar y en ese plazo empecé a buscar el auto. Me fui  donde el taxista, a su casa, allí me dijeron que el auto lo tenia el Negro Jiménez. Fui donde el Negro y me dijo que él no había tenido problemas, pero que lo habían echado del trabajo solamente y me dijo que el tenia el auto y yo le dije que lo había venido a buscar porque creo que tenía una panne de ruedas y lo lleve a una garage de los Silva que esta en la Avenida Caupolicán. Mientras tanto empecé a ver la posibilidad-con Teodoro Rivera- de buscar un comprador para el auto. Una persona se puso en contacto y me ofrecía 800 mil Escudos. Yo en principio le dije que bueno, que se podía hacer, pensaba con eso pagar los 200 mil Escudos del Banco y el resto mandárselos a ti y a José que estaban con problemas.

Un día a las 5 de la tarde, me parece que esto fue el 24 de Septiembre, me vinieron a buscar a la oficina más o menos 8 milicos y un Sargento. Hubo bastante alboroto en la oficina, porque cerraron la oficina, yo estaba arriba-después me contaron- que llegaron preguntando: ¿dónde está Guillermo Martín, donde esta Guillermo Martín??? Entonces toda la gente  quedo sin moverse de la oficina... y yo estaba encerrado en mi oficina cuando golpearon yo salí, era un Sargento que me dijo que lo tenía que acompañar. Pregunte que por cuanto tiempo, me respondió que una media hora no más, tiene que responder a algunas consultas que le van a hacer. Entonces inmediatamente salí, todo el personal me vio. Iba rodeado por esos 8 milicos, les di encargo a los colegas para que avisaran a Mirella, a mi casa y al Colegio Lassalle que no iba poder llegar a trabajar, a hacer las clases. Todos me vieron salir, me echaron arriba de un camión y me dieron vueltas por todo Temuco, paseándome, mucha gente me vio y llegue al Regimiento. Lo primero que me encuentro es con Podlech, que me dice: ¿dónde está el auto? ...Yo le dije: No sé, y él me dice: “incomunicado”, que vaya incomunicado. Entonces le dije yo: ¿De que auto me habla?...El auto amarillo, me dijo, el auto del Partido. Ah! le dije: ese auto está en un garage, porque tiene una panne, está en muy mal estado, le dije. Vayan a confirmar si el auto está donde él dice, y si el auto aparece va en libre plática, si no aparece va incomunicado.

Fuimos a ver con el Sargento y otros milicos el auto, estaba ahí, preguntaron al personal del taller quien lo había traído, ellos le dijeron que yo lo había llevado, entonces el sargento me dijo: “Se puso la soga al cuello”...

Ingresé a la cárcel el día 24 en libre plática como a las 7 de la tarde. Me encontré con varios compañeros de mi trabajo, con Elías Amar, con Alcides Robles de Imperial, con Guido Venegas de Lautaro, el viejito de Lautaro que era Rector del Liceo,  no me recuerdo del nombre, compañeros de distintos partidos y muchos campesinos, también estaba tu papá, estaba el Secretario Regional del P.C., mucha gente, éramos como unos 600.

Llegué cuando ya estaban todos encerrados en sus “piezas”. Yo caí en la “pieza” donde estaba Elías Amar, éramos unas cien personas los que estábamos allí. También estaba este de Loncoche, el Secretario Seccional del Loncoche, que es profesor y yo no me acuerdo el nombre, tu entenderás que la compañera era la candidata a diputado del partido. Se me olvidan con el tiempo los nombres y el apuro mío era de tratar de encontrarme con Ramón Espinosa para tratar de arreglar ese problemita del cheque de 100 millones. Me dijeron que estaba en el “dormitorio” del subterráneo, así que al día siguiente a primera hora, a las 8 de la mañana, me contacte con él, mientras iba al baño y quedamos de acuerdo que después de desayuno nos veríamos para conversar y ver como podíamos resolver el problema. Habían puesto un interventor militar en su puesto y le había dado un poco de plazo para arreglar esos problemas. Entonces estaba conversando con Ramón cuando fui llamado nuevamente a declarar y me llevaron al Regimiento.

Grande fue mi sorpresa en el regimiento cuando me dicen: “¿Usted es Guillermo Martín simpatizante del Partido Socialista?”. ¡Sí! respondí yo. ¿Apareció el auto? –¡Sí, apareció!- ¡Así que usted es el simpatizante! Me dice Podlech, y me hace pasar a otra pieza donde me hace ver una mesa llena de cheques firmados por ti y por mí. Y comenzó: con este cheque  ustedes pagaron el teléfono; con este cheque ustedes pagaron el cocktail en el Hotel Terras; Con este cheque ustedes pagaron 11 pistolas a Raúl Illanes; Yo me derrumbe en ese momento, ahí vine a confirmar que había sido secretario de finanzas del Partido y que habíamos pagado esas cuentas y que el asunto pistolas no era problema porque eso se había comprado antes de la Ley del control de armas. Me preguntaron que para qué las habíamos comprado. Les respondí que para defensa personal ya que habíamos sido atacados varias veces en la sede del Partido...  antes de mandarme incomunicado, me pasaron a otra pieza, y allí me vendaron y allí me golpearon con puñetes, patadas, y de todo. A un cierto punto no me golpearon más y no me interrogaron más y me mandaron a la cárcel incomunicado. Total es que llegue a botarme a la pieza de la incomunicación.

Estuve diez días incomunicado en una celda oscura, me daban comida una vez al día, allí los días se me hicieron eternos, yo creí que ahí me daban vuelta. Estuve dos días totalmente machucado, con dos frazadas, una la ponía en el cemento y con la otra me tapaba. En el día dormía y en la noche trataba de saltar para no entumirme. Al cabo de 10 días me  sacaron y pase en libre plática. Después estuve en libre plática y estuve con Elías Amar bastante tiempo al lado de su cama, con Bastías de Villarrica. A Bastías lo pasaron a Consejo de Guerra, le tiraron 45 días y después salió.

Bueno, tratamos de hacer corta nuestra permanencia en la cárcel, contando chascos, tallas, chistes y en la noche después de las 5 de la tarde cuando nos encerraban, comenzábamos a sufrir, porque a esa hora comenzaban a sacar a los compañeros y volvían muy destruidos, o no llegaban, y al día siguiente sabíamos que los habían fusilado. Al lado de mi cama estuvo alojando Pedro Ríos al cual lo fusilaron y Mateluna al frente de mi cama dormía, y muchos compañeros, una infinidad, para que te voy a nombrar mas!

Yo mandé a buscar a la casa algunos implementos deportivos para hacer más amena la permanencia nuestra. Algunas pelotas, mallas de voleibol, baby futbol. Jugábamos, competíamos entre piezas para levantarnos un poco el ánimo y a los compañeros que volvían de la tortura, era el primero en atenderlos, en darle ánimo, en despejar un poco la sala para que el hombre estuviera tranquilo. El día 5 de Noviembre me llamaron y salí. Antes de salir de la cárcel me pusieron una venda en los ojos y me llevaron al Regimiento. Me llevaron con Elías Amar. A los dos nos llamaron, llegamos al Regimiento y nos encerraron en un calabozo chico a los dos. Allí pensamos inmediatamente que era fleta. Primero fui llamado yo. Me pusieron de frente a la muralla, me hicieron arrodillarme, me vendaron, me colocaron las manos arriba y no se para donde me llevaron caminando. Me hicieron desvestirme totalmente, me acostaron en algo que me daba la impresión de un banquillo, abierto de piernas y brazos estirados, la cabeza pegada al banquillo, me pusieron corriente en los talones, en los testículos, en las manos, en las sienes, en los glúteos y asi empezó el interrogatorio. Yo en todo el interrogatorio me di vuelta en mi programa deportivo de INDAP, que era entrenador de la selección de básquet de Temuco, que hacia clases en el Colegio Lassalle... y un milico se burlaba de mí y me decía: “Muy bien Guillermo Martín...” y luego comenzó a preguntarme por el Partido, desde cuando militaba yo, porque tenía la secretaria de finanzas, si conocía gente del MIR, me dio varios nombres: Peralta, algunos compañeros, y yo a todos le respondí que no los conocía... después algunos comunistas y yo le respondí que conocía al secretario regional, asi como lo conocían todos en Temuco, pero que personalmente no sabia nada de él. Les dije que yo hacia poco tiempo que estaba en Temuco, que no conocía mucho. Les dije que me preguntaran por toda mi actividad deportiva, que ese era mi campo... Si como no decía lo que ellos querían saber, me pegaban repetidamente y me daban corriente, y me preguntaban: ¿ dónde están las metralletas?...delen duro a este porque sabe mucho... para aplicarme corriente me hacían abrir la boca y me metían un paño dentro... para mí esos golpes eran eternos... yo no quería abrir la boca, entonces me pegaban en la nariz, en el pecho... creo que esto tiene que haber durado unas 3 horas más o menos... después de todo esto fui devuelto a la cárcel, me llevaron en peso peor que no podía caminar, tenia la cara totalmente hecho tiras, la lengua reventada, la nariz quebrada y Elías como pudo me hecho arriba del camión... A él no lo maltrataron ese día, solamente lo interrogaron y en la cárcel yo llegue tan drogui que no me di cuenta que el papá de Elías me ayudo a bajarme, porque el estaba en la puerta esperándonos, para ver que pasaba cuando llegáramos, porque el nos vio salir de la cárcel hacia el Regimiento. Él se quedó en la puerta de la cárcel  esperando para ver en que condiciones llegábamos. Dice Elías que él me ayudó a bajar junto con su papá y me llevaron al dormitorio... y yo tenia unos deseos, unas ganas de llorar, de gritar... pero me mordí para no asustar a mis compañeros que estaban en la pieza... mordido y enrabiado me bote a la cama, al rato después llame a Solar y Abarca que eran dos médicos, uno de Imperial y uno de Carahue. Me vieron todo, la lengua, la nariz, me dieron algunas pastillas que tenían ellos y al día siguiente me llamaron nuevamente... si como no podía caminar me llevaron en una silla, o sea en brazos y grande fue mi sorpresa cuando lo primero que vi fue a Mirella... estos desgraciados le dieron permiso para que me fuera a ver en ese estado... A Mirella le dio un desmayo y se cayó, imagínate las consecuencias para ella y el niño ya que tenía siete meses de embarazo.

Después de todo esto llegaron algunas cartas de INDAP, algunas solicitudes de la asociación de entrenadores de básquet, del Colegio Lassalle, pidiendo mi liberación, mi mamá se movió con el Obispo de Temuco, mi otro hermano de Ancud también vino a tratar de mover algunos palillos. Después me llevaron un día nuevamente a declarar al Regimiento y me encontré con un Sargento y uno del SIM. Ahí me asuste otra vez... Me dice”: vaya tranquilo no más porque mi Mayor quiere hablar con usted”. Fui con el y allí me hicieron otro interrogatorio. Me preguntaron por Elías Amar, que ha que había ido Elías a Cuba. Yo le dije que había ido enviado por ECA, que ECA lo había mandado para que viera algunas granjas, alguna distribución de productos agrícolas, como se hacia, mas que nada un Seminario y para estudiar algo... Me preguntaron Si Elías ocupaba algún cargo en el Partido, les dije que ningún cargo, que era un simple militante... Me dijeron: “eso es muy bueno, anótenlo en la planilla de Elías Amar, porque eso es favorable para el”... Entonces me preguntaron por el auto, que porque lo quería vender, les respondí que era para pagar las deudas con el Banco. Yo no sabía que el auto no estaba en regla y después de la entrada a la cárcel no sabía nada más del auto. Al día siguiente me vuelven a llamar, me comunicaron que voy a salir de la cárcel, pero con arresto domiciliario, que no me moviera de Temuco por ningún motivo, que debía presentarme a formar en el Regimiento 4 veces a la semana. Si como en la cárcel sabíamos que el que salía de la cárcel tenia que arrancarse de Temuco, porque había pasado con muchos compañeros que salían de la cárcel y se quedaban en Temuco y después los tomaban presos de nuevo y a los tres/cuatro días estaban muertos... Como le sucedió a Molina Secretario Regional del Partido Comunista que salió de la cárcel con arresto domiciliario y a los dos o tres días lo tomaron nuevamente y lo fusilaron en el Regimiento... Entonces yo salí de la cárcel, Mirella me estaba esperando en la puerta, porque todos los días Mirella se lo pasaba pegada allí en la reja, me fui a la casa, no me moví ese día de la casas, llegue como a las cuatro de la tarde, gran felicidad de abrazar a mis hijos, al día siguiente a las ocho de la mañana tome un Bus, me fui al Regimiento ya que tenia que ir a firmar. Pase a la oficina, grande fue la sorpresa en la oficina después de haber permanecido 70 días en la cárcel, estaba muy delgado, baje 15 kilos, pelado al rape iba, sin barba y sin bigotes y con las cicatrices en la nariz y todos los compañeros me abrazaban, lloraban y me preguntaban cómo me encontraba, ahí me comunicaron que ya no era funcionario del INDAP. No me pagaron los sueldos de Septiembre ni de Octubre del periodo que estuve en la cárcel. Yo reclame mis sueldos, me dijeron que yo no era funcionario. Yo les dije que yo no tenía culpa por las ausencias ya que había sido detenido y al final me los pagaron, me dijeron que hiciera un inventario de todo el material que estaba a mi cargo. Inmediatamente como para tomarme un descanso me fui al Regimiento y pedí autorización para viajar a Chillán por cuatro (4) días y me dieron autorización, me fui a Chillán, descansé allá con Mirella algunos días y volví a Temuco con Mirella y los niños. Me tocaba presentarme al Regimiento, fui a INDAP nuevamente, entregue el inventario. Esa noche preparamos todo con Mirella, ella saco las cosas más necesarias para los niños y yo me fui a las 8de la mañana al Regimiento a firmar y Mirella se fue con los niños al paradero de buses ViaSur.

Firme en el Regimiento e inmediatamente me fui al ViaSur caminando lentamente haciendo tiempo para que llegaran las 9 de la mañana y tome el bus que Mirella ya había tomado con los niños. Seguimos viaje a Chillán, ella se bajo en Chillán con los niños y yo seguí viaje a Santiago ahí fue que te comunicaron que yo estaba en Santiago. Ese día 7 de diciembre no pude entrar a la embajada francesa, así es que entre el 8. Referente a la embajada no te cuento nada porque no hay nada importante, sino porque hay muchas cosas mas que contarte de mi estadía en Francia y de mi estadía aquí en Australia.

Después, cuando salí de la cárcel y estuve algunos días en Temuco, no me encontré con ningún compañero y no trate de buscar a ninguno para no quemarlos.  Antes de partir, como te cuento, el auto lo perdí de vista totalmente. Con el auto se quedo el Regimiento. Fui al Banco y allí estaba este cabro Flores y el me dijo que por favor arreglara la cuenta, que el se iba, lo trasladaban a Concepción. El Banco tenía un interventor, y el muchacho me pidió que reaceptara el documento que estaba vencido y que las cosas se pudieran arreglar de alguna manera. Si como lo vi muy nervioso, porque seguramente el se metía en un tete muy grande, yo le firme el documento y quedaba un saldo de algo así como (no recuerdo bien) exactamente. Había unas letras protestadas de Elías, las retire y las hice llegar a su papá para que las saneara y total que esa cuenta del Banco quedo impaga. Los otros cheques de Ramón se arreglaron, parece que hubo una colecta entre Arquímedes Gutiérrez, Archi, y Ramón Espinoza que vendió algunas cosas de su casa...

En los primeros días que yo llegue a cárcel  y cuando salí dela incomunicación Ramón ya no estaba. Lo habían llamado a la Fábrica de Aceite para que arreglara las cosas y el interventor le dio un plazo para que arreglara la cuestión de ese cheque, y eso lo arreglo con la ayuda de algunos compañeros de INDAP, pero el gran peso lo afronto Ramón y esas cuentas se pagaron. Fui a hablar con el Hotel Terras y resolver el problema del cheque que teníamos allí y el propietario me dijo que no me preocupara y lo destruyo delante de mí, diciendo que algún día podríamos hablar de eso cuando pasara todo, que no me preocupara. Fui a hablar con el de la radio La Frontera, Marvaldi, estaba hecho tiras en la casa, lo habían detenido, le habían aplicado corriente, lo habían pelado, le pregunte por el cheque que teníamos ahí y me dijo que se había ido en cobro así es que me fui al Banco Osorno y deposite cinco mil escudos y se pago ese cheque. Así que el único cheque que quedaba volando era el de Ramón, yo fui al Banco Sur, nos habían cerrado la cuenta y ese cheque había sido devuelto porque era nominativo, no por falta de fondos, Ramón lo había rescatado y pagado. Quedaba un pequeño saldo en el Banco Sur y no fue posible retirarlo, quedo ahí. En  la cuenta del Banco Osorno no quedo ningún saldo después quedo la cuenta de ciento catorce o ciento dieciséis millones de pesos, no recuerdo bien, y de ella no supe nada más.

Como te decía me fui a Santiago y no te contaré de la permanencia en la embajada... Yo hice la solicitud para viajar a Australia y como eso se demoraba dos o tres  meses  y Mirella iba a tener el niño y después habría tenido dificultades para el salvo conducto del niño, el embajador me aconsejo que me fuera a Francia y allí hiciera mis papeles para Australia.

Me fui a Francia el 9 de Enero. Llegué a Francia el diez y en Paris estuve cuatro días sin ningún compañero conocido y después viaje a Montpellier y allí estuve con otros 70 compañeros de los que estaban en la embajada.

Mi permanencia en Montpellier fue de más o menos dos meses y tanta fue mi sorpresa de encontrarme en Montpellier con Lucho Vial, director zonal de INDAP en Temuco después me encontré con Gabriel Vivallos el director zonal de Valdivia, con Rolando Núñez, con Roa que era de CORA, con Jorge, un chico que era de Lautaro, con Mario Rivas el Jefe de Villarrica, con Ovando el de CORA, con el que habíamos hecho el asunto del auto. Éramos como ocho o nueve con Lucho de Miguel y estuvimos en la casa de Bascuñan y estuvimos toda una tarde riéndonos, contándonos, recordándonos y Mirella también estaba y todos los niños y después nos veíamos permanentemente. A mi me ofrecieron un trabajo ahí en Montpellier, mientras estaba haciendo mis diligencias para ir a Australia. Yo quería quedarme en Francia, trate, fui a Marsella y hable con Fernando Riera para ver si había posibilidad de trabajar junto con el. El me dijo que me iba a  ayudar pero después lo perdí de vista porque lo echaron de Marsella y no supe para donde se fue.

En Montpellier yo no podía hacer ningún tipo de diligencia para la cosa de Australia porque no había consulado y no tenia plata para ir a Paris. Esto quedaba al sur de Francia, en la costa mediterránea y me ofrecieron un trabajo como albañil, me pagaban mil francos al mes, pero tenía que entrenar también unos equipos de fútbol de la municipalidad y otros amateur también de la municipalidad durante los días jueves, miércoles y martes y los domingos estaba el encuentro. Prácticamente por mil francos pelaba el ajo, y no alcanzaba a vivir con Mirella y los niños con esos mil francos. Yo les dije que en Chile había luchado contra la explotación del hombre por el hombre y no había venido a Francia para que me explotaran! después, pasado un plazo me mandaron como refugiado a Lyon. En Lyon estuve en un curso para aprender francés. No tenía grandes problemas con el idioma, no lo hablaba bien pero me entendían. En Lyon me encontré con algunos compañeros comunistas y allí con gran sorpresa me encontré con Daniel Salinas, venia llegando, había estado “diferido” y era uno de los últimos que había salido de la embajada, asi es que el me contaba de las novedades que obtenía de reuniones que se hacían en Paris y yo ya había empezado a hacer mis diligencias para irme a Australia. Fui aceptado para viajar y me dieron fecha para Julio, justo cuando se acababa la ayuda en Francia, que eran seis meses.

Más adelante la embajada de Australia me negó la entrada por la enfermedad de mi hijo, que nació en Montpellier con una enfermedad al corazón, debido a todos los problemas que tuvimos en Chile. Tenía los ventrículos abiertos y un soplo al corazón... también por el hecho de lo que sucedió en la cárcel. En vista de esto me desespere, porque en ese lapso ya había terminado mi ayuda en Francia y yo estaba viviendo en la casa de un compañero Francés que me había dejado su casa por el tiempo en que el estaba de vacaciones. No tenía donde irme y el llegaba de sus vacaciones... Luego me fui a la casa de otro compañero, el Doctor Pilli, me paso su casa entera, me dejo el refrigerador lleno, diciéndome que no me preocupara y que si cuando el volvía yo estaba todavía, que no me preocupara porque de alguna manera nos arreglaríamos y que el me ayudaría.

Cuando yo estaba en la casa del compañero doctor Pilli, me comunicaron que no me daban la autorización para entrar en Australia... fue toda una desesperación... le escribí a Rolando a Montpellier con el cual tenia siempre contacto. Con Daniel no podía hablar porque estaba en Paris en esos días. Llame a la Australia a mi hermano, el me prometió hacer trámites y que me llamaría al día siguiente. Al día siguiente me llamó mi hermano y me dijo que estaba todo solucionado y que el ministro de la emigración había dado el pase y que en menos de una semana yo debería estar en Australia. En efecto, me llamaron de la embajada para que me pusiera inmediatamente en contacto y me preguntaron si estaba dispuesto a viajar inmediatamente y luego me comunicaron que me preparara porque el veinte (20) de agosto viajaba a Australia. Poco antes de partir me ofrecieron un trabajo muy bueno, pero yo ya estaba decidido y ya tenía los pasajes y todo, eso fue tres (3) días antes de partir, era un trabajo como monitor deportivo en San Rafael, cerca de Cannes... Agradecí... Daniel que venía llegando de Paris me organizó una despedida en la casa en que el estaba con varios compañeros chilenos... Daniel me dijo que había estado con Jaime Suárez y que Jaime había preguntado si yo me iría con el a Rusia... Le respondí que ya era tarde porque yo ya tenía todo listo para partir al día siguiente para Australia... FIN

Dante Notari Santos


Dante Notari Santos
Abril 2013

Inauguración Caminito Salvador Allende. Viena 02.09.2005
Eso de ser libertario, anarquista y soñador, por lo tanto socialista, es una cosa congénita, hereditaria, está en mi ADN. Es una historia que creo comienza en la mitad de 1800,  en una - en esos tiempos- caleta llamada Ilo al sur del Perú. Es ese el lugar de origen de mi familia. Del lado materno. Ahí nació doña Francisca Manriquez, hija de una india y de un español. De temperamento fuerte, mandona y de toma de decisiones muy rápida. Arrastró a su esposo- Juan Fernández- y a sus dos hijos, bueno una hija y un hijo a Chile, a las minas de salitre. Rápidamente se sumó a los movimientos de un sindicalismo naciente.

Se transformó en el correo viviente de una oficina a otra, cosa que a mi bisabuelo no le agradó en absoluto. Así bajó a Iquique en ese aciago día de Diciembre. Sobrevivió a la matanza y fue a refugiarse a Antofagasta. En Antofagasta empezó a organizar grupos de mujeres para luchar por sus derechos. En ese puerto contrajo matrimonio su hija- mi abuela- Felia quién casó con un gallego. Y ahí nacieron mi madre, una tía y un tío. Con la muerte del salitre la cosa se complicó mucho y a mi bisabuela se le puso muy pesada la pista y decidieron emigrar a Santiago.

Corría 1930. Pronto las dos, madre e hija, se sumaron a grupos que hablaban de socialismo y de las Menchis. 1932, Grove asalta el palacio de invierno y mi abuela y su madre desfilan y piden fusiles para defender la revolución.

En 1933 concurren a la formación del PS, primero en el centro de Santiago, fundamentalmente con los canillitas a quienes les vendían te o café y sándwiches en la puerta del Mercurio en las mañanas. Luego organizan la seccional de Conchalí del PS y pasan a formar las milicias, con sus uniformes y todo. De Conchalí mi bisabuela regresa a Perú con su hijo Juan.

En Chile, en Vivaceta, mi abuela con sus dos hijas y un hijo se suman al trabajo de construir partido junto con un fuerte contingente de inmigrantes anarquistas de origen español e italiano. Salen a las calles- las calles son del pueblo, era la consigna- luchan contra el nazismo y sus aliados el PC, con los guardias blancas y la policía.

 En el año 1952 el PS se divide y se van con Allende. A esas alturas mi madre se casó con un inmigrante italiano- Augusto Notari- militante del PS y que a mediados de los 40 fue expulsado por Raúl Ampuero sumándose al trotskismo.

Nací el año 1942 y como se puede ver, traía el virus de la rebeldía en el ADN. Mis primeros pasos en la vida los di dentro del PS. Mi madre- Antonia Santos y mi abuela cuando iban al local del PS en calle Catedral 1413 me dejaban al cuidado del compañero Valenzuela y de su compañera Fresia, matrimonio joven cuidadores del local y que ya tenía dos retoños. Valenzuela al día del golpe se jugó la vida en San Martín. Le entregó todo al partido. Murió olvidado. Nadie quiso acordarse de él. Entré realmente a la política militante en el año 1957. La matanza del dos de abril de ese año me decidió. E ingresé al PS, primera comuna de Santiago y ya convencido que el poder se adquiere por la vía revolucionaria. Los métodos lo diría la historia. Ingresando a la FJS, a los pocos días los compañeros del Regional Santiago de la FJS, recuerdo a Hernán del Canto, Juanito Morales, Manuel Cantú, Marcelo Zenteno, Raúl Diaz por nombrar algunos, me dieron la tarea de organizar la juventud del primer distrito de Santiago.

A principios de 1958 dejé los estudios secundarios y me fuí a trabajar en la construcción. Formé los comité de obra, hicimos huelgas con toma del lugar de trabajo. La lectura y los compañeros adultos fueron mi escuela de cuadros, sobre todo en la quinta comuna de Santiago, hoy Independencia. El trabajo de construcción de partido, en la base social, poblaciones, sindicatos, campesinado etc. fue consolidando mis idearios socialistas.

De la Quinta Comuna nos fuimos a Barrancas- Regional Norte- a esa altura había terminado mis estudios secundarios como alumno libre, dado el bachillerato, luego de un breve paso por el magisterio, entré a trabajar al Servicio de Tesorerías de la República. Fui electo Presidente de la Asociación de Trabajadores de Tesorerías de la Provincia de Santiago y como tal nos enfrentamos a Eduardo Frei Montalva y a su Ministro de Hacienda el facho Andrés Zaldívar. Visité casi todas las comisarías de Santiago. Siempre detenido por hacer propaganda sin permiso.

Al igual que mis antepasadas, el enfrentamiento en las calles con el momiaje y su brazo armado, la policía, eran cotidianas. Las calles son del pueblo. A tomarse la calle. Y eso que estaba contra las elecciones. Recuerdo con mucho cariño a Carmen Lazo, Eric Schnake, Arturo Yussef quienes siempre nos sacaban y luego se " rajaban" con café y sanguchitos.

Mi bautismo de fuego, fue para la elección presidencial de 1958. En ese tiempo éramos, diríamos, los últimos milicianos. Los jóvenes de la Quinta Comuna. Camisa de acero, pantalón azul, coscacho con la estrella roja y cinturón de suela con la insignia del partido en la hebilla. Y banda de guerra. 1958. José Rodriguez Corce era el último comandante de las "milicias". Nos entregó unos " fierros" y nos mandaron a los establos del Club Hípico donde se suponía que estaban comprando votos. Para el caso de una retirada estratégica teníamos a disposición dos autos. Bueno, los alessandristas no eran tontos o por lo menos no tanto como nosotros y nos olieron inmediatamente y nos agarraron a balazos. Lo claro es que se nos olvidó que estábamos artillados y corrimos a los autos los cuales al primer balazo se dieron a la fuga. Quedamos a pie y tratamos de arrancar. En eso llegó un auto con el compañero " Choro" Perez quien nos sacó del atolladero.

Con los hermanos Almeyda, Videla Steffoni, Oscar Weiss, Enrique Reyes se creó el Instituto de Formación  Política Marxs-Engels del Regional de Santiago. Ampuero lo rebautizó con el mote de " Merenge". En el Congreso Regional de Santiago en Enero de 1964, Raúl Ampuero movió todas sus fichas para ganar ese Congreso. O lo ganaba o lo quebraba. Quedó un tole tole en que se pusieron a prueba hasta los puños. Resultado. La Izquierda Socialista con Clodomiro Almeyda a la cabeza ganamos el Congreso, pero Ampuero- mal perdedor-expulsó por decreto a dos militantes de la Quinta Comuna: Fidel González y Dante Notari. A esas dos expulsiones siguieron otras y renuncias al PS. Ampuero dijo que había limpiado el Partido de esa " maleza". Terminamos haciendo la campaña por Allende en el Movimiento Independiente de Izquierda (MIDI) fundado por Ana Eugenia Ugalde, Guillermo Garcia Bhurr entre otros.

El Congreso General de Concepción (creo 1966) nos rehabilitó y Aniceto Rodriguez nos abrió las puertas. En el año 1967 nos fuimos a vivir a Barrancas. Que para efectos partidarios tenía dos seccionales: Barrancas Sur y Norte. Nos encontramos con un fenómeno parecido a la Quinta Comuna donde el Partido eran dos familias. Al cabo de un año teníamos  a más de 200 militantes con núcleos entre ferias libres, cerveceros, panificadores, trabajadores de la salud ( hospitales J.J. Aguirre, Roberto del Rio y San José, consultorio Nro. 2, etc.). En Barrancas Sur era lo mismo: dos familias eran todo el partido y con un fichero de cerca 150 nombres. Se nos acercaron unos compañeros, Pacheco, Walter Alvarez, Julio Durán que con nosotros cuatro, mi madre, mi hermano Augusto, nuestro medio hermano Francisco Melo y yo formamos el núcleo Lenin en nuestra casa y nos lanzamos a formar partido. En un año teníamos a cerca de 20 núcleos  en las poblaciones, en los fundos, en ferias libres y colegios, tomas de terrenos.

Le disputamos manzana a manzana a la DC el terreno y se lo ganamos. Hicimos trabajos partidistas en Maipú, Curacaví, Quinta Normal. Así llegamos a ganar el Congreso Regional Norte el año 1970 y lo  perdimos en Enero de 1973. Durante el paro de los camioneros organizamos el Abastecimiento Directo, una forma distinta a las JAP dominadas por el PC y a la Canasta Popular impulsada por el PS. Vinculamos a todos los vecinos en su organización, control y distribución de los alimentos. Aquí un aro. Debo rendirle un homenaje al compañero latinoamericano nacido en el Perú, Marcos Rojas que ha fallecido este 5 de Abril. Fue una pieza muy importante en esa tarea.

A raíz del tanquetazo la Seccional Barrancas Sur se sumió en una casi clandestinidad. Abandonó el local, la documentación partidaria fue repartida entre 5 compañeros, ninguno de la dirección seccional y tratamos de cambiar nuestras rutinas. Creo que eso nos ayudó bastante. Buscaron el local y lo encontraron vacío. La documentación fue destruida ese 11 de Septiembre a partir de las 22 horas.

La Casa de la Cultura (hoy Municipalidad de Pudahuel) se transformó en casa de torturas y ejecuciones. Ningún compañero que cayó ahí habló, fuese del PS, MIR, PC o DC. La población nos protegió en los primeros días. Luego el terror, el miedo hizo que fuésemos quedando solos.

El día del triunfo, el 4 de septiembre de 1970. Esa noche caminé por el centro. No estaba contento. Sabía que el enemigo no nos iba a permitir avanzar. Que esa noche se iniciaba el golpe de estado. Trabajamos duro. Sabíamos que sólo podríamos parar el golpe con la movilización de las masas. Nunca creí en los guerrilleros, elite combatiente. Los vi en Temuco para el Plan Cautín. Siendo miembro del  Comité Regional Norte (antes del golpe) me tocó la toma de Maipú, Barrancas y Renca y echamos a andar las comunas obreras-campesinas como base de Poder Popular y capaces de parar el golpismo y asumir el gobierno local. Lamentablemente se impuso la idea de los Cordones Industriales, y nuestro  trabajo quedó en nada, especialmente al perder el Comité Regional. Vino el golpe. Ese día tratamos de hacer algo, pero el compañero Allende había desmovilizado al pueblo y sólo nos quedó tratar que el PS  no se disolviera y el hacer algunas locuras suicidas.

Luego el exilio.

Pero ese ya es otro capítulo-

El socialismo lo llevo en el ADN, en los genes.