Eduardo Contreras
Febrero 2008
Se cumple una semana desde que, en Ciudad de México,
falleció el académico y ex Vicerrector de la Universidad de Concepción, el
amigo y compañero Galo Gómez Oyarzún. Destacado militante y dirigente del
Partido Socialista del que fue incluso Subsecretario General, Galo fue uno de
los miles de prisioneros de la dictadura militar. Luego de su liberación se
exilió junto a su familia en México, país en el que realizó una intensa actividad
política y científica e integró el Consejo de Investigación Científica. Casado
con la también académica Isabel Ogalde, sufrió hace algunos años la trágica
muerte de su hijo periodista, un golpe del que nunca se repuso.
Al recordar a Galo pienso hoy que uno de los escasos
obsequios del exilio fue habernos permitido trabajar junto a figuras muy
importantes de la izquierda chilena ; en el caso de México en donde permanecí
una década, es imposible no reconocer lo mucho que en esos años aprendimos de gente de la altura intelectual y moral de
Galo Gómez.
Por ejemplo, de mis camaradas del PC Juan Vargas Puebla y
César Godoy Urrutia. Dos dirigentes del pueblo, dos parlamentarios, dos
educadores formidables. Juan Vargas
Puebla, obrero, del que se cuenta que cuando caía detenido en represiones
anteriores a la de Pinochet y sus aprehensores le interrogaban acerca de su
profesión, contestaba : “constructor” y
al insistirle “¿constructor de qué?, respondía : “constructor de la
nueva sociedad”, para ira de los represores. César Godoy Urrutia, alto
dirigente de los profesores chilenos y del magisterio latinoamericano, “el
capitán veneno” como le llamó la prensa de su época por su encendido lenguaje
anticapitalista. Ambos ya fallecidos,
fueron piezas claves de la actividad del exilio en solidaridad con las luchas
del movimiento antifascista en Chile. César incluso pudo regresar al país
donde, pese a su avanzada edad, se integró de inmediato a la lucha de los profesores
contra la dictadura.
Otros ejemplos de consecuencia, dignidad y sabiduría fueron,
entre otros, don Edgardo Enríquez Frödden, militante del Partido Radical, gran rector de la Universidad de Concepción,
médico y profesor universitario, autor de textos científicos notables, si hasta
un edificio de la facultad de Medicina de la Universidad mexicana lleva su
nombre. Padre de Miguel y Edgardo, sufrió en carne propia las canalladas de
militares y marinos en Isla Dawson. Iguales merecimientos acompañaron la vida
de Jaime Suárez, ex senador del Partido Socialista y ex ministro del presidente
Salvador Allende, defensor intransigente del socialismo y del internacionalismo
proletario, cordial, modesto y digno hasta sus últimos días ya de regreso en
Chile.
Todos estos talentosos demócratas y revolucionarios,
socialistas, comunistas, radicales, que jamás medraron de sus cargos, honestos,
humildes, consecuentes con sus ideales, ajenos a toda maniobra turbia, hoy
estarían sin duda, como siempre lo estuvieron, combatiendo por la unidad de la
izquierda y del movimiento popular, exigirían el fin del vergonzoso sistema
electoral binominal, defenderían el Cobre para Chile, demandarían terminar con
el neoliberalismo y la política del consenso con la derecha. Condenarían la
impunidad reinante y pedirían verdad y justicia. Lucharían en fin por una nueva
institucionalidad democrática.
En el tango Tiempos Viejos el poeta dice “Te acordás hermano
qué tiempos aquellos, si eran otros hombres, más hombres, los nuestros”. Personalmente
no creo que todo tiempo pasado fue mejor, aunque que hubo algunos que lo
fueron, y creo preferible aquello de que debemos hacer que todo tiempo futuro
sea mejor. Sin embargo, lo cierto es que en algunos sectores, se sigue
extrañando la ausencia de hombres como Galo Gómez Oyarzún.
Sentido recordatorio. Lamentablemente muy escueto. Pienso y/o deseo mayor conocimiento de estas figuras emblematicas. En especial sobre esa caja de sorpresas, salidas ingeniosas, agudeza que fue C.G.Urrutia y mas sobre don Galo, un luchador...
ResponderEliminarRexo. Saludos y felicitaciones...