lunes, 4 de marzo de 2013

Federico Wolff Alvarez


Elinett Wolff Rioseco
8 de Diciembre de 2008


Este 8 de diciembre, mi padre tendría 80 años. He pensado mucho en esta fecha memorable, y quería escribir para recordarlo porque además de nuestro padre, Federico Wolff era un socialista, un luchador de toda la vida, fue dirigente sindical de la ANEF y de la CUT, y dirigente del Partido Socialista en varias responsabilidades y oportunidades. 

Por ello es que los últimos tiempos políticos me han hecho recordarlo y añorar su presencia para poder compartir tantas cosas que requieren de una conversación madura, reposada a la vez que apasionada, pero sobre todo, de la participación de socialistas como mi padre, de hombres o mujeres cuya única razón de ser luchadores sociales era el bienestar y la felicidad de las personas. Bienestar y felicidad que como ya sabemos, JAMAS se logrará en la sociedad de clases, donde unos tienen el capital (los menos y otros ponen su fuerza de trabajo (los más) para producir la riqueza material que disfrutamos. 

Que es lo que cambiado desde esos años en que socialistas como mi padre tenían mi edad o menos años incluso, y conducían junto a los grandes líderes que paría esta tierra y que se cobijaban en nuestras filas o en las filas de los partidos hermanos, para dar la pelea por los más hermosos ideales y sueños de libertad y socialismo?... Esa es la pregunta que tenemos que intentar responder... 

Federico Wolff fue uno de los colaboradores que tuvo el Presidente Allende en esos gloriosos tres años de gobierno popular. El "Chicho" como él le decía, le pidió que lo acompañara desde la Intendencia de Bío Bío, cargo que ejerció con el mas alto compromiso, y que tanto enorgulleció a la familia. Los recuerdos se vienen a la mente y vuelan como aves, a veces suspendiéndose en el aire como para hacerse sentir y mostrar su profundidad y esencia, o quizás es que los llevamos tan marcados que sólo basta una buena ocasión para quedarse con nosotros. Como por ejemplo el momento en que tuvo que dejar el cargo, porque la derecha lo acusó constitucionalmente y por supuesto lo destituyó como era de esperar. Recuerdo yo sobre ese episodio, que solo era una adolescente por aquellos días (y quizás incluso me equivoque), que Federico no vino al Congreso en Santiago a defenderse, a pesar que eso era lo que correspondería hacer. Sus razones fueron claras y precisas: la derecha tenía la mayoría y de todas formas lo iba a destituir, de tal modo que para no recibir el maltrato y darle en el gusto de que lo vieran humillarse al dar explicaciones que no tenían sentido, sólo cumplió con enviar su defensa escrita, según la ley le permitía. DIGNIDAD fue lo que tuvo, y asi le fue reconocido por todos aquellos que le admiraban y seguían. Otro gran socialista estaba involucrado en la misma jugada que mi padre, su gran amigo y compañeo Jaime Suárez Bastidas, que era Ministro del Gobierno popular. Mucho me parece que Jaime era el Ministro del Interior porque la razón de la acusación contra Federico tenía que ver con el cierre de Radio Agricultura (por incitar a la sedición y por subersiva), cuestión que en Los Angeles provocó conflictos graves con resultado de un compañero dirigente - campesino parece que era -, muerto. El cierre de Radio Agricultura no podía haberse realizado si no era con la autorización o al menos con la venia del Ministro del Interior, y así fue como sellaron su suerte ambos amigos y compañeros. Jaime, que renunciara al cargo para evitar la acusación, fue luego candidato PS al Senado por Bío Bío, Malleco y Cautín, y mi padre fue su generalísimo en Bío Bío, según entiendo. 

Juntos triunfaron en esa tarea y desde allí hasta el final de sus días  donde las vicisitudes de la vida los juntaron muchas veces, caminaron por similares derroteros, y terminaron sus días prácticamente fuera de las filas de su querido Partido Socialista, o al menos en la orfandad política más inexplicable. Extrañamente ambos han sufrido, como muchos otros grandes socialistas de todo el país, el más absoluto de los olvidos. 

Pero así es como están las cosas, tiempos de neoliberalismo, éxito ideológico de los principios y valores de una sociedad que queríamos desterrar de la faz de la tierra, para beneficio de la humanidad, y que nos ha atravesado de una forma tal que ni siquiera advertimos conscientemente su presencia en el corazón y en el alma de nuestras organizaciones políticas y sociales. 

A mi padre debo agradecerle, en estos momentos de homenaje y reconocimiento, el gran amor y la armonía familiar que nos prodigó siempre, aún en las mas duras condiciones que tuvimos que vivir, la enseñanza que junto a mi madre nos entregaron en primer lugar a través de su ejemplo, y luego a través de su sabiduría, con confianza y credibilidad en sus herederas (TODAS MUJERES). La entrega incondicional a todo aquel y a todo aquello que estuviera en su camino y que lo hiciera mejor hombre y mejor socialista, es algo que le heredé mejor que mis hermanas queridas, y me refiero a lo político. 

Los desafíos que he tenido en mi propio camino, sobre todo en el camino político  no han sido fáciles. Sin embargo nada, NADA de lo que he tenido que vivir me ha sorprendido lo suficiente como para hacerme daño, o tanto daño como para inmovilizarme: mi gran profesor en estas lides fue mi padre, y nunca omitió ningún detalle para mostrarme y hacerme conocer las villanías y miserias de las que era capaz la especie humana. Del mismo modo que no omitió detalle para indicarme donde estaba el bien, el saber, la belleza y el amor, soporte que por suerte siempre está disponible en la naturaleza, en forma de agua, de flores, de aromas si los buscas, o incluso en forma de hombre...dado el caso puntual..... según sus propios dichos. 

Por todo esto, es que sólo puedo estar feliz de haber sido y de ser, y tengo a tus maravillosos tres nietos que de mi salieron, uno mas de los que conociste, encaminados por la misma senda que hasta ahora hemos recorrido juntos. Son extraordinarios, libres, sanos, inteligentes, responsables, tiernos y regalones y amables. Lo único que no puedo asegurarte querido padre, es que sigan siendo del Partido Socialista de Chile, aunque si socialistas serán para seguir la estrella que tu padre encendiera y que tú tan bien portaras y me dieras. 

Felices 80 años, y nos encontraremos en la otra vuelta del camino. Tu hija que te ama.

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