miércoles, 27 de marzo de 2013

A veces a uno le da por recordar cosas...



Eric Beiza Palestro
 Marzo de 2013

A veces a uno le da por recordar cosas, hechos, situaciones, a veces dolorosas, sin saber realmente la razón, el por qué se te vienen a la memoria.

Me recuerdo hoy muy nítidamente de un día, a mediados de septiembre del 1973: EL Golpe de Estado estaba ahí, al igual que el olor a traición y crimen.

Mi abuelo, mi Tata, Julio Palestro Rojas, un POLÍTICO de los que hoy escasean (o sencillamente ya no hay), se encontraba enfermo, aquejado de una diabetes crónica y de una gota que le atormentaba, vivía los momentos del "militante clandestino", oculto a los ojos de los que estaban transformando a nuestra patria en una gran cárcel.

Él no era, nunca lo había sido, un hombre de la "vía violenta", lo que no significaba que fuese un cobarde, por el contrario......Sus armas fueron los argumentos, la palabra clara, la confianza en lo correcto de las ideas que sustentaba, la fuerza del que se siente parte de una nueva historia nacida de la raiz misma del pueblo y que por lo mismo se expone en la primera línea.

Y esas armas las empleó con todas sus consecuencias, transformándose en un líder indiscutido y a la vez respetado y querido, por sus familiares, sus camaradas de partido, el pueblo san miguelino y de la Zona Sur de Santiago e incluso por muchos de sus “contrincantes” políticos.

Cultura y Acción política unidas en un mismo nombre, ......JULIO. La toma de los terrenos donde se erigió valiente La Victoria y un Teatro Municipal y una Casa de la Cultura con las cuales se rompía el monopolio sobre la cultura ejercido por la podrida "élite" reaccionaria. Su labor de Mecenas, su Pinacoteca, su amor por las artes, su cariño por su Partido Socialista, por su Seccional 4 de Junio (nombre con historia, nombre de combate!) y su inalterable confianza en un futuro de igualdad,..... eso era Julio Palestro Rojas.

Y en ese camino formó a sus hijas e hijos....Que orgulloso debe de sentirse al ver que NINGUNO ha fallado, que han seguido su ejemplo y lo han prolongado en el tiempo!

Cierto es que tuvo "suerte", y está suerte tiene nombre de Mujer, ANA, Ana Velásquez! Mujer luchadora, valiente, hermosa y orgullosa! De sentimientos grandes, grandes como su bondad, como ese cariño inmenso que día a día, durante años hemos recibido sus nietos (entre otros muchos).

Pero no crean que ella era solo “la mujer de….”. Ana Velásquez es antes que nada ELLA misma! Nunca ha callado, ni por conveniencia ni por temor. Como no recordar cuando enfrentó a la soldadesca en las puertas de la Penitenciaría, o en el Estadio Nacional y otros Centros de Detención y Tortura, a los que debía dirigirse los días, semanas y meses posteriores al Golpe, buscando a sus hijos, a su compañero y cuñados, a sus sobrinas y sobrinos…..Mientras otros callaban, y se negaban,...ella se erguía firme y valiente, sin jamás dejar entrever el –natural- miedo que podía sentirse ante las bestias desatadas. Con su inmensa estatura humana, más de una vez les hizo sentir vergüenza a los mercenarios del Imperio, a los traidores a su patria y a su juramento.

Al comienzo decía que recuerdo hoy muy nítidamente aquel día, a mediados de septiembre del 1973 en que mi abuelo pasaría a ser un prisionero más de la dictadura. Me despedí de él en el patio de una casa de “ayudistas” (familiares de mi padre para ser fieles a la verdad) en San Miguel. El me entregó como recuerdo una cajita en donde el guardaba su sacarina, como queriendo decir, ya no las voy a necesitar……

Lo abracé, lloré como niño y a la vez como hombre en el que –muy prematuramente- me estaban obligando a convertirme. Era mi abuelo adorado, la persona que ha sido mi guía a la que estaba despidiendo hacia un futuro incierto. Varios años después lo volvería a ver en Suecia, donde recibió asilo y vivió sus últimos días.

Al principio dije que a veces a uno le da por recordar cosas, hechos, situaciones, a veces dolorosas, sin saber realmente la razón, el POR QUÉ se te vienen a la memoria.

La verdad es que Sí lo sé….Porque no puede haber Ni olvido ni perdón! Así de simple, así de sencillo!


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