Eric Beiza Palestro
Marzo de 2013
A veces a uno le da por recordar cosas, hechos, situaciones, a veces
dolorosas, sin saber realmente la razón, el por qué se te vienen a la memoria.
Me recuerdo hoy muy nítidamente de un día, a mediados de septiembre del
1973: EL Golpe de Estado estaba ahí, al igual que el olor a traición y crimen.
Mi abuelo, mi Tata, Julio Palestro Rojas, un POLÍTICO de los que hoy
escasean (o sencillamente ya no hay), se encontraba enfermo, aquejado de una
diabetes crónica y de una gota que le atormentaba, vivía los momentos del
"militante clandestino", oculto a los ojos de los que estaban
transformando a nuestra patria en una gran cárcel.
Él no era, nunca lo había sido, un hombre de la "vía violenta",
lo que no significaba que fuese un cobarde, por el contrario......Sus armas
fueron los argumentos, la palabra clara, la confianza en lo correcto de las
ideas que sustentaba, la fuerza del que se siente parte de una nueva historia
nacida de la raiz misma del pueblo y que por lo mismo se expone en la primera línea.
Y esas armas las empleó con todas sus consecuencias, transformándose en
un líder indiscutido y a la vez respetado y querido, por sus familiares, sus
camaradas de partido, el pueblo san miguelino y de la Zona Sur de Santiago e
incluso por muchos de sus “contrincantes” políticos.
Cultura y Acción política unidas en un mismo nombre, ......JULIO. La
toma de los terrenos donde se erigió valiente La Victoria y un Teatro Municipal
y una Casa de la Cultura con las cuales se rompía el monopolio sobre la cultura
ejercido por la podrida "élite" reaccionaria. Su labor de Mecenas, su
Pinacoteca, su amor por las artes, su cariño por su Partido Socialista, por su
Seccional 4 de Junio (nombre con historia, nombre de combate!) y su inalterable
confianza en un futuro de igualdad,..... eso era Julio Palestro Rojas.
Y en ese camino formó a sus hijas e hijos....Que orgulloso debe de
sentirse al ver que NINGUNO ha fallado, que han seguido su ejemplo y lo han
prolongado en el tiempo!
Cierto es que tuvo "suerte", y está suerte tiene nombre de
Mujer, ANA, Ana Velásquez! Mujer luchadora, valiente, hermosa y orgullosa! De
sentimientos grandes, grandes como su bondad, como ese cariño inmenso que día a
día, durante años hemos recibido sus nietos (entre otros muchos).
Pero no crean que ella era solo “la mujer de….”. Ana Velásquez es antes
que nada ELLA misma! Nunca ha callado, ni por conveniencia ni por temor. Como
no recordar cuando enfrentó a la soldadesca en las puertas de la Penitenciaría,
o en el Estadio Nacional y otros Centros de Detención y Tortura, a los que
debía dirigirse los días, semanas y meses posteriores al Golpe, buscando a sus
hijos, a su compañero y cuñados, a sus sobrinas y sobrinos…..Mientras otros callaban,
y se negaban,...ella se erguía firme y valiente, sin jamás dejar entrever el
–natural- miedo que podía sentirse ante las bestias desatadas. Con su inmensa
estatura humana, más de una vez les hizo sentir vergüenza a los mercenarios del
Imperio, a los traidores a su patria y a su juramento.
Al comienzo decía que recuerdo hoy muy nítidamente aquel día, a
mediados de septiembre del 1973 en que mi abuelo pasaría a ser un prisionero
más de la dictadura. Me despedí de él en el patio de una casa de “ayudistas”
(familiares de mi padre para ser fieles a la verdad) en San Miguel. El me
entregó como recuerdo una cajita en donde el guardaba su sacarina, como queriendo
decir, ya no las voy a necesitar……
Lo abracé, lloré como niño y a la vez como hombre en el que –muy
prematuramente- me estaban obligando a convertirme. Era mi abuelo adorado, la
persona que ha sido mi guía a la que estaba despidiendo hacia un futuro
incierto. Varios años después lo volvería a ver en Suecia, donde recibió asilo
y vivió sus últimos días.
Al principio dije que a veces a uno le da por recordar cosas, hechos,
situaciones, a veces dolorosas, sin saber realmente la razón, el POR QUÉ se te
vienen a la memoria.
La verdad es que Sí lo sé….Porque no puede haber Ni olvido ni perdón! Así
de simple, así de sencillo!
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