domingo, 3 de marzo de 2013

Ricardo Suárez Martínez (José Santander, Pepe)



  
Nació el 9 enero de 1953 en la ciudad de Santiago, en el seno de una modesta familia de la comuna  de San Miguel, y siendo una persona con profundo sentido de justicia y humanidad, al calor de las luchas sociales y políticas de la época, se incorpora a la vida militante desde su temprana juventud a los 16 años, en las filas de la Federación Juvenil Socialista. 

Desde allí participó en las luchas estudiantiles siendo alumno de la Escuela Industrial de San Miguel en la especialidad de mecánica, de donde salió con el título de Mecánico Tornero.  Inmediatamente se puso a trabajar como técnico en la producción de bienes materiales, en Madensa y en la Empresa Nieto y Hnos. donde reafirma su compromiso con la lucha de los trabajadores.

Después del fatídico Golpe de Estado en Chile, como muchos salió al exilio. En la Embajada de Italia fue testigo del lanzamiento del cuerpo sin vida de la Compañera Lumi Videla, militante del MIR, asesinada en manos de los agentes de seguridad. Posteriormente, cuando obtiene el salvoconducto es acogido por la solidaridad internacional en Rumania.   En ese país no descansó ni un minuto y como muchos jóvenes chilenos, canalizaba sus inquietudes y buscaba la oportunidad de fortalecer la idea de que las fuerzas políticas chilenas necesitaban para enfrentar al tirano,  en primer lugar la unidad, y luego la formación necesaria para desbaratar el proyecto político que se pensaba instalar.  De esta forma, en el año 1975, con la mejor disposición se embarcó desde Rumania a Cuba, para cumplir la tarea que su querido Partido le encomendaba. “Me trae mi convicción revolucionaria y mi cariño por el Partido Socialista”, decía.

Durante cuatro años, estudió la ciencia militar y en julio del año 1978, se graduó de Ingeniero Zapador en la Escuela Antonio Maceo, formando parte de uno de los primeros grupos de oficiales cadetes chilenos graduados en Cuba.

Pepe, fue un alumno esforzado, con dificultades físicas, pero convencido de que graduándose,  cumpliría la tarea partidaria  asignada y sería un mejor aporte a la lucha que libraba su organización en Chile, en contra de la dictadura pinochetista.

En esta etapa de su vida,  forma una familia en la tierra cubana donde nace  su hijo Pepe.

El año 1979, junto a un contingente de combatientes internacionalistas chilenos, se incorporó al Frente Sur en Nicaragua, siendo de gran importancia sus conocimientos como Ingeniero Zapador.

Luego del triunfo revolucionario, fue asesor militar del Primer Batallón de Ingenieros Zapadores del naciente ejército nicaragüense, tarea que cumplió brillantemente, junto a otro recordado y valiente militante socialista, David Camú, muerto posteriormente en ese mismo país.

En el 1982  ingresa al país de forma clandestina, a cumplir sus sueños dedicado absolutamente al despliegue de las tareas que el Partido Socialista le definiera. Se transforma en uno de los pilares de la reestructuración orgánica, y se fue haciendo carne de la gente socialista junto a los hermanos de los otros partidos y organizaciones del pueblo, que a pesar de la represión, iniciaban el viaje indeclinable de la rebelión y la resistencia popular que, finalmente, lograría el objetivo de sacar al tirano del poder.

Además de participar en la reestructuración orgánica del PS, a poco andar hubo que fortalecer estructuras de élite que fueran capaces de realizar acciones de propaganda y conducción de masas con niveles de organización superior. Es así que, cuando se define la formación de una fuerza propia con elementos de autodefensa armada, no se dudó en llamar a Pepe para que entregara su aporte en la conducción, formación de los cuadros y combatientes, y en la realización de acciones concretas, en los Destacamentos Populares 5 de abril (DP5). Esta orgánica posteriormente y adecuándose a la lucha correspondiente a otra etapa, la de la salida constitucional previa al plebiscito, se transformaron en las Brigadas de Propaganda Salvador Allende (BRISA).  En ellas Pepe, que participaba junto a otros compañeros que tenían su misma formación política y militar, era reconocido entre sus miembros por su alto valor moral y ético, su entrega incondicional, y sus valores personales coincidentes con los ideales de un revolucionario.

En sus primeros años de clandestinidad, se enamora y forma su familia con Raquel Torres Sandoval, con quien tiene a su segundo hijo, Julián.  Este era su nombre político en la clandestinidad.

Cuando se inicia el proceso de transición a la democracia en Chile, se incorpora a la Dirección del Trabajo como fiscalizador (Inspector del trabajo), donde nuevamente se destaca por su compromiso con los trabajadores, en el cumplimiento de sus labores profesionales.  Entre sus compañeros de labores, destacó siempre por sus cualidades que lo caracterizaron a lo largo de su vida y en todas las tareas que le correspondió desarrollar: su valor, ecuanimidad, amor por las personas, entrega incondicional, sencillez y honorabilidad. La oficina donde trabajaba, en la Comuna de San Bernardo, próximamente llevará su nombre  ya que se colocará una placa  en su honor.

Falleció el 14 de Junio 2004, en su querido San Miguel producto de una Leucemia.

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